El Gobierno mexicano niega que existan riesgos aéreos por la operación del aeropuerto Felipe Ángeles

Dos incidentes en cuatro días: las claves de la crisis aeronáutica del Valle de México


Un avión aterriza en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.Marco Ugarte (AP)

Ciudad de México ha vivido esta semana con los ojos puestos en su cielo, uno de los más transitados del continente. Los incidentes se acumulan. En apenas cuatro días, dos aviones han estado a punto de aterrizar en una pista ya ocupada por otro aparato y han tenido que levantar el vuelo para evitar un accidente. Aunque este tipo de maniobras no son inusuales en la capital, los controladores aéreos señalan que los incidentes han aumentado en el último año. Ante la creciente alarma de la población, el Gobierno federal ha dicho que “hay que poner orden”. No hay solución fácil. En la crisis aeronáutica mexicana, se mezclan errores humanos, conflictos laborales, falta de preparación y una permanente amenaza de saturación. Estas son las claves:

Una sucesión de errores humanos

Primero, las causas inmediatas. Aunque la investigación todavía está en curso, las autoridades han dicho que el incidente del sábado se debió a un “error humano” por parte de los controladores aéreos. “Permitieron que entrara a la cabecera de la pista que había sido designada para que descendiera un avión”, declaró el subsecretario de Transportes, Rogelio Jiménez Pons. Volaris, la empresa propietaria del aparato involucrado, señaló que estas situaciones “no dependen de las aerolíneas”. El mismo incidente se repitió el miércoles con un avión de Aeroméxico que tuvo que levantar el vuelo cuando iba a aterrizar. La aerolínea ha afirmado este jueves que esto se debió a que otro aparato “demoró” en salir de la pista.

La respuesta de las autoridades a estos incidentes ha sido minimizar su relevancia. El subsecretario Jiménez Pons dijo que lo ocurrido el sábado era un “evento aislado”. Después del suceso del miércoles, la Secretaría de Comunicaciones ha afirmado que se trata de “un procedimiento usual en la aviación” y que “no representó riesgo alguno para las aeronaves”.

Aumento de incidentes

Pese al relato del Gobierno, el sindicato de controladores aéreos ha reportado un incremento de 300% en el número de incidentes en el último año. La agrupación ha registrado 100 casos, de los cuales 30 fueron graves. Una tercera parte de los incidentes ocurrió en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), que concentra alrededor de la mitad de todos los aterrizajes y despegues del país.

En la misma línea, la Federación Internacional de Pilotos señaló la semana pasada en un boletín de seguridad que tiene información de “varios incidentes” de aviones que llegan a Ciudad de México con bajos niveles de combustible por desvíos o esperas excesivas en el aire. Además, la asociación apuntó a “un número significativo de alertas” por cercanía de aviones al suelo. El Gobierno solo ha confirmado un reporte “oficial” de incidente por proximidad a tierra, ocurrido el 15 de junio.

Controladores aéreos descontentos

Los controladores aéreos, a los que apuntan las autoridades para explicar los incidentes, viven desde hace meses una situación laboral turbulenta. El sindicato del gremio ha acusado a los directivos de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), la agencia responsable, de “terrorismo laboral” por imponerles jornadas de trabajo de más de 12 horas durante varios días consecutivos. Tras el incidente del sábado, el titular de la agencia, Víctor Hernández, se vio obligado a dimitir y fue sustituido por un controlador aéreo con más de 40 años de experiencia.

El sindicato de controladores sostiene que existe un déficit de 300 profesionales en el país porque el reciente rediseño del espacio aéreo ha aumentado la carga de trabajo. Sin embargo, la Seneam ejerció en 2021 un presupuesto de 3.804 millones pesos, unos 180 millones de euros, frente a los 6.004 inicialmente aprobados, según información de la Cuenta Pública.

La amenaza de la saturación

El AICM vive bajo la amenaza de la saturación desde 2014. Ese año se atendió a 34 millones de pasajeros y las autoridades detectaron que se rebasaba el número máximo de operaciones en la mayoría de franjas horarias. En marzo de este año, el Gobierno volvió a declarar la saturación del aeropuerto para limitar la actividad aeroportuaria. Después del incidente del sábado, el Ejecutivo prohibió la apertura de nuevas rutas desde el AICM y obligó a los vuelos de carga y a los chárter a trasladarse al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), inaugurado en marzo y prácticamente vacío.

Sin embargo, los expertos señalan que el problema en este momento no es la saturación porque todavía no se ha recuperado el nivel de operaciones anteriores a la pandemia. En 2021, el AICM atendió a 36 millones de pasajeros, un 28% menos que en su pico de 2019.

La difícil convivencia de dos aeropuertos

El cielo sobre Ciudad de México se ha vuelto más complicado desde la inauguración del AIFA, uno de los proyectos estrella de este Gobierno. El nuevo aeropuerto, ubicado a unos 40 kilómetros del AICM, ha obligado a rediseñar el espacio aéreo. Las aproximaciones, que antes se hacían por el norte de la capital, ahora se realizan por el sur y el oeste. Aunque el Gobierno insiste en que los incidentes recientes no están relacionados con los cambios, la Federación Internacional de Pilotos dijo que los controladores parecían haber recibido “poco entrenamiento” sobre cómo operar el nuevo espacio aéreo.

La decisión del Gobierno de construir un aeropuerto tan cerca del AICM ha estado sembrada de polémica desde el inicio. Analistas y pilotos han apuntado a una posible incompatibilidad. Mitre, una prestigiosa consultora estadounidense especializada en aeronavegación, estudió hace años la opción del AIFA y la desaconsejó por la “innecesaria complejidad” que implica operar dos terminales próximas simultáneamente.

Categoría de seguridad aérea degradada

Mientras se suceden los incidentes, México lucha por recuperar la máxima categoría en seguridad aérea otorgada por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de EE UU. Hace un año, la agencia estadounidense degradó al país latinoamericano tras detectar durante una auditoría “varias áreas de no cumplimiento con los estándares mínimos de la Organización de Aviación Civil Internacional”. La FAA apuntó a un número insuficiente de inspectores aéreos y a su baja remuneración, entre otros elementos. Por culpa de la degradación, las aerolíneas mexicanas no pueden abrir nuevas rutas a EE UU. El Gobierno ha dicho esta semana que “redoblará los esfuerzos” para recuperarla, pero todavía no se sabe cuándo eso podría suceder.

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