EE UU advierte de nuevos aranceles al acero de México y China



La tensión comercial entre Estados Unidos y México va de tregua en tregua, pero no parece llegar nunca a terminar del todo. La Administración de Donald Trump advirtió este lunes que ha encontrado motivos suficientes para imponer aranceles al acero estructural fabricado en México y en China, por lo que ordenará a sus aduanas que recauden depósitos a los importadores de dicho material, pero sin especificar cuánto ni desde cuándo.
El Departamento de Comercio hizo pública su conclusión tras haber llevado a cabo un estudio sobre las posibles ayudas recibidas por los productores y que, a su juicio, suponen competencia desleal, algo en lo que Canadá ha quedado excluida. “En las investigaciones de China y México, Comercio hizo determinaciones afirmativas, halló que los exportadores recibían subsidios sujetos a derechos compensatorios”, señala en un comunicado, mientras que en la de su vecino del norte “hizo una determinación negativa al encontrar que los exportadores recibían subsidios sujetos a derechos compensatorios a niveles mínimos”. En concreto, Washington afirma que las empresas recibían subsidios de China de entre el 30% y 177% y en México de hasta el 74%.

El anuncio tiene lugar cuando Canadá y EE UU deben aún ratificar su nuevo acuerdo comercial con México, conocido popularmente como T-MEC, sustituto del antiguo TLCAN o Nafta (en sus siglas en inglés) después de una etapa de alta tensión entre Washington y México. A finales de mayo Trump amenazó al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador con una oleada de aranceles generalizada para todos sus productos si no aplicaba más mano dura en el control de migrantes que cruzan su territorio para llegar a la frontera estadounidense. Tras unos días de negociaciones, el republicano la retiró a cambio de un paquete de medidas. Dos semanas antes, había llegado a un acuerdo EE UU con México y Canadá para levantar los aranceles sobre el acero y el aluminio activados un año antes.
La cita con el presidente chino, Xi Jinping, en la cumbre del G-20 en Osaka la semana pasada también parecía haber suavizado las cosas con Pekín, país con el que Washington tiene el frente comercial más importante. Xi y Trump acordaron retomar las conversaciones y el neoyorquino anunció que revertiría el veto que ha impuesto contra la tecnológica china y permitirá que las compañías estadounidenses puedan volver a vender material a la empresa china.


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