EE UU debate “activamente” con la UE la posibilidad de prohibir la importación de crudo de Rusia

EE UU debate “activamente” con la UE la posibilidad de prohibir la importación de crudo de Rusia


El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha proseguido este domingo con una escala en Lituania una frenética gira diplomática por Europa para intensificar la respuesta a la guerra de Ucrania. El viaje, de cinco días de duración, concluirá este martes con un encuentro con el presidente francés, Emmanuel Macron, en París. Antes de regresar a Washington, hablará también con su homólogo israelí, Yair Lapid, en Riga, capital de Letonia. Israel se ha ofrecido para mediar entre Kiev y Moscú.

En varias entrevistas con cadenas de televisión estadounidenses, el responsable de la diplomacia de la Administración de Biden ha señalado los principales puntos de su agenda europea: la posibilidad de que su país prohíba la importación de crudo de Rusia, para lo que está en conversaciones “muy activas” con la UE; la entrega de antiguos aviones militares soviéticos a Ucrania por Polonia, una iniciativa que Varsovia rechaza, y la documentación de ataques contra civiles en Ucrania, de los que, dijo Blinken, hay “creíbles evidencias”.

El jefe de la diplomacia estadounidense, que este martes se entrevistará con el presidente francés, Emmanuel Macron, para coordinar los siguientes pasos en la respuesta a la invasión, ha adelantado en declaraciones a la cadena CNN que su país debate “de manera muy activa” con la Unión Europea la prohibición de importar crudo de Rusia para asfixiar su economía. Pero el desequilibrio entre las necesidades de EE UU, que importa de Rusia el 8% del petróleo que consume, y la dependencia de la UE (el 41% del gas natural y el 27% del petróleo), complica una respuesta conjunta, máxime en plena presión inflacionaria. Hasta ahora la industria energética rusa ha salido prácticamente indemne de las sanciones de Occidente, por la resistencia europea.

Una amplia representación del Congreso estadounidense, sin distinción ideológica, secunda la petición ucrania de cortar el grifo del crudo ruso, lo que asestaría un duro golpe a la economía, pero más grave aún para la población que para los oligarcas que apoyan a Putin.

EE UU también intenta incrementar su cooperación con Polonia, socio en la OTAN, para enviar más aviones a Ucrania, tal como reclamó este sábado el presidente Volodímir Zelensky a una representación del Congreso; la fuerza aérea es el talón de Aquiles del Ejército de Ucrania. La iniciativa consiste en que Polonia ceda a Ucrania viejos cazas de fabricación soviética tipo MiG, en los que han aprendido a volar los pilotos militares ucranios. A cambio, Washington entregaría a Polonia aeronaves más modernas, presumiblemente F-16. EE UU ha dado luz verde a los países de la OTAN a entregar ese tipo de suministros, pero ese tipo de contribución supondría, para Moscú, ser parte beligerante en la guerra.

Los interlocutores polacos no parecen entusiasmados con la idea. Después de que el presidente Andrzej Duda dijera la semana pasada que Polonia no entregaría aviones, la oficina del primer ministro Mateusz Morawiecki escribió en Twitter este domingo: “Polonia no enviará sus aviones de combate a Ucrania ni permitirá usar sus aeropuertos. Ayudamos significativamente en muchas áreas”.

Blinken, que visitó Polonia este sábado, ha dejado claro en cualquier caso que se trata de “una decisión soberana” de Varsovia. Este lunes, recibirá información sobre la entrevista que mantuvieron el sábado en el Kremlin el presidente Putin y el primer ministro israelí, Naftali Bennett. Blinken se reunirá en Riga, la capital de Letonia, con su homólogo Yair Lapid. Israel se ha posicionado como posible mediador entre Kiev y Moscú.

Días después de que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) abriera una investigación por crímenes de guerra en Ucrania, Estados Unidos asegura estar examinando y documentando informes de ataques rusos contra civiles durante la ofensiva. “Hemos visto informes muy creíbles de ataques deliberados contra población civil, lo que constituiría un crimen de guerra”, ha dicho este domingo Blinken. Nada que no hayan enseñado estos días innumerables fotografías, como la que este domingo mostraba los cadáveres de una mujer y sus dos hijos mientras intentaban escapar de Irpin, mientras el padre, único superviviente, recibía ayuda de soldados ucranios. Las pruebas de que la ofensiva rusa se está ensañando con los civiles son fehacientes.

Blinken pondrá fin a cinco días de visita en Europa con una reunión en la tarde del martes con el presidente francés, Emmanuel Macron. La escala en París se agregó para permitir la coordinación continua de la asistencia a Ucrania, ha dicho este domingo Ned Price, portavoz del Departamento de Estado. Es probable que Macron y Blinken analicen también la marcha de las negociaciones para restablecer el pacto nuclear de Irán.


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