EE UU enviará tropas a Arabia Saudí con misión “defensiva” tras el ataque a las refinerías

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El Pentágono anunció este viernes por la noche el envío de tropas a Arabia Saudí con fines “defensivos” tras el ataque a las refinerías saudíes sufrido el pasado sábado, que tanto Washington como Riad atribuyen a Irán, pese a que el régimen de los ayatolás lo niega. El Gobierno estadounidense hizo pública la decisión tan solo unas horas después de aprobar sanciones contra el Banco Nacional de Irán, calificadas por el presidente Donald Trump como “el mayor [castigo] impuesto nunca contra un país”.
“El presidente ha aprobado el envío de fuerzas estadounidenses que serán de naturaleza defensiva y se centrarán principalmente en la defensa aérea y de misiles”, señaló el secretario de Defensa, Mark Esper, en una rueda de prensa. El jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Joseph Dunford, concretó que se trataría de un “despliegue moderado”. Tanto el carácter explícitamente defensivo y la advertencia de que no se trataría de un envío muy numeroso deja clara la preferencia de la Administración de Trump de no entrar en un conflicto militar con Irán.

Tanto en junio, a raíz del derribo de un dron estadounidense (sin muertes), como ahora, el republicano está optado por la vía del endurecimiento de las sanciones, si bien, nunca descarta para a las armas. Otra cosa son las palabras, que rebosan de ardor guerrero: “El arsenal nuclear está al máximo nivel, renovado, increíble”, recalcó Trump este viernes, “debemos rezar todos para que no tengamos que usarlo”.
Teherán sigue negando los ataques del sábado y su ministro de exteriores, Mohammad Javad Zarif, declaró ayer jueves que un ataque militar contra Irán por parte de Estados Unidos o Arabia Saudí supondría el inicio de “una guerra total”.
Las sanciones anunciadas por el presidente llegan antes de que el Pentágono y los asesores de seguridad nacional de la Casa Blanca entreguen la lista de posibles objetivos para un eventual ataque. Aunque las sanciones económicas pueden ser una vía para evitar un conflicto militar abierto con el régimen de Hasán Rohaní, el mandatario estadounidense ha insistido en que “la opción militar siempre es una posibilidad”.
Trump ha ido elevando las sanciones a la República Islámica desde que renunció al acuerdo nuclear de 2015 con Irán, incluidas severas restricciones a la capacidad de Teherán para vender petróleo. El acuerdo nuclear de 2015 consistía en la congelación de sanciones contra Irán a cambio de que frenase su carrera atómica, pero Trump siempre criticó que, en realidad, Teherán seguía con sus aspiraciones nucleares y que las podía desarrollar gracias al alivio económico del levantamiento de las multas. Al romper el acuerdo en 2018, Washington reactivó esas penalizaciones. Irán optó entonces por incumplir abiertamente el pacto.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ha explicado que las nuevas sanciones “cortarán todas las fuentes de fondos a Irán”, incluido su fondo de riqueza soberana. “Esto significa que no llegará más dinero a los Guardianes de la Revolución”, ha añadido sobre el ejército ideológico del régimen, también conocido como Pasdarán. “No habrá más dinero para financiar el terrorismo”, ha puntualizado Mnuchin.
Trump se ha limitado a decir: “Es muy malo lo que está ocurriendo con Irán. Se está yendo al infierno”. El mandatario ha finalizado recordando a Teherán que “cuando van con todo contra EE UU, no hay ninguna manera de que ganen”.
Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano, aseguró ayer jueves en Abu Dabi que EE UU prefiere “una solución pacífica” con Irán, lo que supone un cambio de tono respecto a la belicosidad con la que calificaba los ataques contra el corazón de la industria petrolera. Aseguraba que se trataba de “un acto de guerra”.


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