EE UU intentó liquidar a otro comandante iraní la misma noche que mató a Soleimani

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Estados Unidos lanzó sin éxito una operación para liquidar a un comandante iraní destacado en Yemen la misma noche en que mató al poderoso general Qasem Soleimani en Bagdad, el pasado 3 de enero, según diferentes fuentes anónimas de la Administración estadounidense citadas por la prensa. Washington justificó el ataque a Soleimani, sancionado por apoyo al terrorismo desde 2007, alegando legítima defensa ante la presunta existencia de una amenaza inminente. Este viernes ha trascendido que había un nombre más en su punto de mira estadounidense y, con ello, se alimenta la hipótesis de que la muerte de Soleimani formaba parte de un plan más amplio contra la cúpula militar iraní.
Fuerzas de operaciones especiales llevaron a cabo un bombardeo aéreo contra Abdul Reza Shahlai, un comandante de la fuerza Al Quds del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución iraní que se considera, además, el gran artífice de la financiación de las milicias chiíes en la región, que apoyan a Irán. Washington lo busca desde hace tiempo. El pasado 5 de diciembre, el Departamento de Estado anuncio una recompensa de 15 millones de dólares por información sobre este militar, al que acusan de haber diseñado diferentes ataques, entre ellos uno contra tropas aliadas en 2007 en el que murieron cinco estadounidenses.

La noticia del plan frustrado contra Shahlai fue avanzado por The Washington Post y más tarde confirmado por otros medios como The New York Times o la agencia Associated Press, citando fuentes anónimas, en tanto que se trata de información clasificada. Mientras el Post sostiene que la ofensiva se llevó a cabo la misma noche que Soleimani murió en un bombardeo con drones, el Times apunta que se autorizó entonces, pero no queda claro cuándo se ejecutó.
De un modo u otro, este ataque desconocido hasta ahora abre el interrogante de si, en efecto, Estados Unidos acabó con Soleimani para evitar una operación contra estadounidenses —”Actuamos anoche para parar una guerra. No actuamos para iniciar una guerra”, dijo Trump al día siguiente— o busca descabezar la fuerza de élite Al Quds que el general dirigía.
Su muerte elevó al rojo vivo la ya de por sí tensa situación con Irán y desató las críticas de la oposición demócrata en Estados Unidos contra Trump por haber actuado a espaldas del Congreso y jugar con fuego sin dejar bien clara la urgencia. El régimen iraní respondió con un bombardeo a dos bases militares estadounidenses en Irak, pero no causaron ninguna baja, ya que Teherán había advertido del ataque al Gobierno iraquí y los norteamericanos pudieron tomar medidas. La ausencia de fallecidos permitió a su vez a Trump detener la escalada militar y anunciar el pasado miércoles que castigaría dicha acción militar con nuevas sanciones económicas.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, las concretó este viernes en la Casa Blanca e insistió en que el general Soleimani se preparaba para atacar. “Soleimani planeaba un extenso ataque a intereses estadounidenses en la región, incluidas embajadas”, dijo a la prensa, si bien admitió que desconocía los objetivos exactos. Sin embargo, en una entrevista en la Fox, Trump contradijo la información de los servicios de inteligencia y aseguró que había cuatro embajadas en el punto de mira, incluida la de Bagdad.


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