EE UU se asoma al abismo con un escrutinio ajustado y la amenaza de Trump de recurrir al Supremo

Los demócratas mantienen la mayoría lograda en 2018 en la Cámara de Representantes. Aunque esperada, esa ventaja constituye una de las pocas certezas de la noche electoral estadounidense. El grupo liderado por Nancy Pelosi esperaba, además, aumentar su mayoría entre dos y cinco escaños. En línea con la tendencia que se estaba viendo en los resultados de la elección presidencial, los republicanos arrebataron a los demócratas dos escaños de Florida, mientras estos ganaron dos de Carolina del Norte. En estas elecciones se renovaba la totalidad de los 435 escaños de la Cámara baja, en la que los demócratas tienen 232 asientos frente a los 197 de los republicanos.

Una de las representantes demócratas más populares que mantienen su mandato es Alexandria Ocasio-Cortez, que se ha proclamado ganadora en los comicios al Congreso por Nueva York con una amplia ventaja. Logra así su segundo mandato como una de las representantes del ala más izquierdista del partido.

La clave, en todo caso, reside en controlar el Senado, ahora en manos republicanas. Y la ambición del Partido Demócrata de recuperar la mayoría en esa Cámara dependía apenas de unos miles de votos en algunos Estados clave cuando la Costa Este se acercaba ya a la medianoche del martes electoral. Gane quien gane, el control demócrata del Senado es lo que asegurará que se pueda desarrollar algún tipo de política a largo plazo en el ambiente hiperpolarizado de EE UU. Los primeros resultados seguían la senda de las encuestas, pero el recuento de votos frenó las proyecciones más ambiciosas de los demócratas relativamente pronto.

El senador demócrata Doug Jones ha perdido su escaño en Alabama frente al republicano Tommy Tuberville, como vaticinaban las encuestas. Lo mismo le pasó al senador republicano Cory Gardner en Colorado, derrotado por el exgobernador demócrata John Hickenlooper por más de 10 puntos. Con estos resultados, el Senado seguía como ha estado en los últimos seis años: 53 escaños republicanos y 47 demócratas.

En esta situación, las esperanzas demócratas de lograr los cuatro escaños necesarios para hacerse con el control de la Cámara alta pasan por Maine, donde las encuestas dan por perdedora a la senadora republicana moderada, pero en la medianoche de Washington aún no había certezas y la carrera parecía ajustada. En Carolina del Norte, el senador Thom Tillis defendía su escaño por apenas 90.000 votos (el 1%) con el 93% escrutado. Si los demócratas no consiguen ese escaño será difícil que logren su objetivo.

En Arizona, el astronauta Mark Kelly llevaba una ventaja considerable sobre la senadora republicana Martha McSally, en paralelo con la ventaja de Joe Biden sobre Donald Trump en este Estado, que hasta hace poco era seguro para los republicanos. En Montana, el gobernador Steve Bullock también iba por delante de su rival republicano. Estos dos escaños pueden pasar a manos demócratas durante la noche, pero hacen falta más. En Georgia, otro de los escaños a los que aspiraban los demócratas, el republicano David Perdue iba por delante en el recuento con el 63% escrutado.

Dos de los senadores más detestados por los demócratas se jugaban la reelección. El líder de la mayoría, Mitch McConnell, artífice del bloqueo que paralizó los dos últimos años de la presidencia de Barack Obama, ganó con facilidad su escaño de Kentucky contra Amy McGrath, una veterana del Ejército que trató de jugar la baza conservadora moderada.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, anuncia que mantiene su escaño.Bryan Woolston / REUTERS | VÍDEO: REUTERS

El otro era el senador Lindsey Graham, presidente del Comité de Justicia que realizó la confirmación exprés de la magistrada Amy Coney Barrett para el Tribunal Supremo, que sobrevivió a una de las peleas más duras de su carrera. Ganó con más facilidad de la esperada al demócrata Jaime Harrison. El asalto al escaño de Graham llevó a Harrison a recaudar 57 millones de dólares (49 millones de euros) de todo el país, el récord histórico en una elección al Senado. Fue inútil. La misma dinámica se dio en Texas, donde una movilización sin precedentes que los demócratas llevan construyendo desde 2018 no fue suficiente para desbancar al senador John Cornyn.

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