WASHINGTON – El gobierno estadounidense compró 1.5 millones de botes de fórmula para bebés almacenadas en Suiza y ahora está buscando aerolíneas que le permitan transportarlas a Estados Unidos, que sufre una escasez sin precedentes de ese producto.
Esta será la primera misión de la “Operation Fly Formula” (Operación para llevar en avión la leche de bebés) que el presidente estadounidense, Joe Biden, autorizó esta semana.
La fórmula que ha obtenido Biden es de Nestlé y las botellas que llegarán a EEUU son de la marca “Alfamino Infant”, “Alfamino Junior” y “Gerber Good Start”, todas ellas diseñadas para bebés que son alérgicos a la proteína de la leche de vaca, detalló la Casa Blanca en un comunicado.
Se ha dado prioridad a este tipo de productos debido a la dificultad de encontrar alternativas para bebés con alergias y a que las fórmulas hipoalergénicas escasean en Estados Unidos.
Biden anunció el miércoles dos medidas para abastecer el mercado ante la escasez de leche para bebés.
En primer lugar, autorizó al Departamento de Defensa a usar los contratos que tiene con aerolíneas comerciales para importar la leche en polvo desde cualquier lugar del mundo, algo que hará con las 1.5 botellas almacenadas en Suiza.
En segundo lugar, Biden invocó una ley que data de la Guerra Fría para acelerar la producción de ese alimento lácteo en Estados Unidos.
La ley que invocó Biden es la llamada “Defense Production Act”, que data del inicio de la Guerra de Corea en 1950 y permite al presidente de EEUU movilizar recursos del sector privado a través del Pentágono para responder a determinadas situaciones.
Millones de madres dependen de la fórmula infantil para alimentar a sus hijos. Los problemas generados por su escasez demuestran la importancia de este producto en las familias del país.
En las últimas semanas, encontrar leche en polvo para bebés ha sido todo un reto para los padres en distintos estados del país, un asunto que se ha convertido en arma arrojadiza entre republicanos y demócratas.
La escasez fue provocada por los problemas de suministro global ocasionados por la pandemia de la COVID-19 y las dificultades en la planta de producción que Abbott, el principal fabricante de leche para lactantes en EEUU, tiene en Sturgis, Michigan.
Los problemas de existencias se agudizaron en febrero cuando Abbott retiró la fórmula que salía de su planta en Michigan, que se comercializaba bajo las marcas Similac, Alimentum y EleCare, después de que cuatro bebés sufrieran una infección bacteriana y dos de ellos fallecieran.
Abbott anunció esta semana que alcanzó un acuerdo con la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, en inglés) para reabrir pronto su planta en Michigan.
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