Egipto recurre a los arrestos para aplacar pequeños conatos de protestas

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Fuerzas de seguridad egipcias vigilando el desarrollo de las elecciones al Senado, el pasado 12 de agosto, en El Cairo.
Fuerzas de seguridad egipcias vigilando el desarrollo de las elecciones al Senado, el pasado 12 de agosto, en El Cairo.AMR ABDALLAH DALSH / Reuters

Las autoridades egipcias han asegurado la mañana de este viernes que han arrestado al líder del influyente movimiento islamista de los Hermanos Musulmanes, Mahmud Ezzat, durante una redada llevada a cabo en un apartamento en el este de El Cairo. La captura de Ezzat, que llevaba siete años en paradero desconocido, representa un nuevo duro golpe para la hermandad, considerada organización terrorista en Egipto, y supone la detención más significativa de un miembro de alto rango de la organización de los últimos años.

Ezzat, de 76 años, asumió la dirección de los Hermanos Musulmanes en agosto de 2013. Su ascenso como líder interino se produjo después de que el hasta entonces guía supremo del movimiento, Mohamed Badie, fuera arrestado tras el golpe de Estado ejecutado un mes antes por el actual mandatario Abdelfatá al Sisi contra el primer presidente civil y democráticamente electo del país, el también miembro de la hermandad Mohamed Morsi. Desde entonces, se desconocía si Ezzat permanecía en Egipto o si había huido al extranjero.

El líder islamista ha sido localizado en un apartamento que utilizaba como escondite en un adinerado distrito de la localidad de Nuevo Cairo, al este de la capital egipcia, según señala un comunicado emitido por el Ministerio del Interior del país. El escrito acusa a Ezzat de haber supervisado algunos de los atentados más destacados que han sacudido Egipto desde 2013, incluyendo el asesinato del ex fiscal general Hisham Barakat en 2015 y la explosión de un coche frente al principal hospital oncológico de El Cairo el año pasado.

Además, el comunicado atribuye a Ezzat el establecimiento del “brazo armado” de la hermandad, aunque no detalla a qué grupo se refiere. En 2019, el Ministerio del Interior acusó a un grupo armado llamado Hassm, de carácter nacionalista e islamista, de encontrarse detrás del coche que estalló ante el hospital oncológico, una acusación que Hassm negó.

El comunicado emitido este viernes imputa también a Ezzat la gestión de los fondos de la organización y la supervisión de las “brigadas electrónicas” del grupo, a las que hace responsables de la difusión de rumores y noticias falsas. Durante la redada, la policía ha confiscado varios ordenadores portátiles y teléfonos móviles que habrían sido usados para comunicarse de forma segura con miembros de la hermandad dentro y fuera del país.

Ezzat es uno de los miembros destacados de los Hermanos Musulmanes que ha recibido múltiples sentencias in absentia desde 2013, como parte de polémicos juicios que las autoridades egipcias han escenificado contra líderes del grupo. En su caso, Ezzat ha sido condenado al menos dos veces a pena de muerte y otras dos a cadena perpetua. Según la legislación egipcia, sin embargo, Ezzat debería ser juzgado de nuevo ahora que ha sido arrestado.

Desde 2013, centenares de reclusos han muerto en las abarrotadas e insalubres cárceles de Egipto, sobre todo por negligencias médicas, según han documentado organizaciones de derechos humanos. Entre ellos figuran prominentes miembros de la Hermandad, como Morsi, fallecido en 2019, Mahdi Akef, antiguo guía supremo del movimiento, en 2017, y Essam El Erian, que murió el pasado día 13. Otros miles, como Badie, languidecen en prisión en condiciones que organizaciones de derechos humanos consideran infames.

Ezzat, una figura discreta, se afilió a los Hermanos Musulmanes en los años sesenta durante su paso por la universidad y lideraba el ala más conservadora de la organización, aunque se considera que rechazaba la estrategia violenta por la que optaron algunos de sus cuadros tras las masacres de Rabaa al Adauiya y de la plaza de Al Nahda poco después del golpe de Estado de 2013. Ezzat, que ya ha pasado anteriormente por prisión, hizo el salto a la dirección de la hermandad a principios de los ochenta, cuando varios miembros de la vieja guardia de la organización volvieron a Egipto desde su exilio.


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