Hoy, como ayer, los debates en el socialismo democrático español, y europeo, sobre su ser, su proyecto, sus alianzas y su acción en el Gobierno, surgen, quedan sepultados y reaparecen. En la última pulsión de resurgir están desde hace meses cuadros del PSOE, diseminados por todas las federaciones, la mayoría pertenecientes o antiguos afiliados de la corriente Izquierda Socialista (IS), nacida en 1980. Ha languidecido en muchas etapas; fue robusta en 2014 con el éxito en las primarias por la secretaría general del candidato José Antonio Pérez Tapias, que consiguió ilusionar a algo más del 18% de los militantes, todo un éxito para la corriente. Las trifulcas internas sepultaron la posibilidad de consolidar un ala izquierda en el PSOE con Pedro Sánchez como secretario general. Es hora de revitalizar la izquierda del PSOE, “con propuestas políticas y con toda lealtad”. Esta es la declaración de intenciones de Manuel de la Rocha Rubí, exdiputado nacional y uno de los portavoces de la corriente durante muchos años. No ocultan que IS siempre estará por la alianza con la izquierda, y, por tanto, es muy favorable a la coalición con Unidas Podemos. En sus etapas de representación en los comités federales no ganaban votaciones pero la defensa de sus propuestas obligaba a las cúpulas del PSOE, incluido a su secretario general, a confrontar sus proyectos laborales, económicos, de libertades, y de defensa de unas autonomías con fuerte sentir identitario.
De no ser por la pandemia, de todos estos asuntos, adaptados al momento actual, se hubiera hablado en una conferencia que debía haberse celebrado este mes. Se pospone porque la quieren presencial. De momento, los encuentros son muy limitados y las conversaciones discretas, también con los representantes que ostentan la portavocía oficial de la corriente, aunque no se les conozca actividad real. “Poneos de acuerdo”: esta es la respuesta de miembros de la dirección federal del PSOE, cuando los impulsores de la nueva IS les informan de sus intenciones. Sobre el papel existe registrada una IS con portavoces y miembros. Los que quieren movimiento, voz y actividad fueron militantes de IS o lo son aún.
Su principal afán en esta etapa de la historia de España y de su partido es consolidar la existencia de coaliciones de izquierda y sobreponerse a quienes “desde dentro y fuera del partido” aspiran a que el pacto con Unidas Podemos sea muy transitorio.
La Izquierda Socialista de 1980 con sus creadores, Luis Gómez Llorente, Pablo Castellano, Francisco Bustelo, y los mucho más jóvenes Manuel de la Rocha y Antonio García Santesmases, entre otros muchos, defendían “un proyecto histórico emancipador, como partido de clase”. El debate sobre la OTAN, para no entrar en la organización atlántica, fue uno de sus momentos más activos y más dramáticos. Si vuelve a renacer pedirán derogar la reforma laboral, pero, sobre todo, asentar los pactos por la izquierda.
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