El ambiente era irrespirable en la última concentración de la selección

El ambiente era irrespirable en la última concentración de la selección

A falta de conocer qué argumentos esgrimen las quince jugadoras de la selección femenina después de los mails enviados en el día de ayer, desde Mundo Deportivo ya conocemos más detalles del deterioro de las relaciones entre el actual seleccionador Jorge Vilda y las futbolistas que han secundado esta postura de solicitar no ser convocados para la próxima lista del seleccionador.

Y estos motivos no van más allá del trato directo con el seleccionador. Ese contacto en las concentraciones, esa forma de dirigirse a las jugadoras, la forma de ser del técnico de la selección es lo que ha ido provocando esta situación. A todo esto hay que sumar que desde el punto de vista técnico, no comparten la forma de trabajar de Jorge Vilda, su mecánica de trabajo. Pero, más allá de eso, no hay otros motivos que hayan dado pie a esta situación. Es una cuestión de “feeling” y de su forma de trabajar. Eso es lo que alegan las jugadoras en este distanciamiento con el técnico madrileño.

Lo cierto es que el ambiente ya en la última concentración del pasado mes de septiembre de la selección absoluta femenina fue irrespirable. Se podía cortar con un cuchillo lo que se vivía cada día. Un ambiente que repercutió en el resto del grupo de trabajo que forma actualmente la selección absoluta femenina.

Hasta el punto que hubo gente que no entendió porqué las jugadoras salieron en rueda de prensa, solicitada por ellas, y donde las tres capitanas Irene Paredes, Jenni Hermoso y Patri Guijarro dieron un mensaje donde negaban tajantemente que hubieran pedido entonces a la RFEF la destitución de Jorge Vilda. Una rueda de prensa donde, según fuentes consultadas por este periódico, fueron ellas mismas las que pidieron que no hubiera turno de preguntas desde los medios de comunicación.




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