El ‘ángel’ Correa evita una pesadilla antes de Navidad

El Atlético de Madrid dormirá en puestos de Liga de Campeones en Navidad. Como de un cuento tan propio de nuestras fechas, el Atlético se llevó un triunfo muy dickensiano, con todo en su contra, ante un Betis que fue mejor y que mereció mejor suerte. Pero en Sevilla apareció el ángel del Atlético, Ángel Correa, y dos acciones del argentino en la segunda parte valieron para llevarse los tres puntos.

Ya saben, Correa, el niño de las calles de Rosario, el que vivía en el peligroso barrio donde algún amigo se llevó un balazo. El niño con cara de Oliver Twist. Al que parecía que su corazón no permitiría alcanzar su sueño de ser futbolista profesional… Ése, ése, dio la vuelta a un partido que pintaba en pesadilla antes de Navidad para los rojiblancos.

El asunto es que el Atlético se marcha de vacaciones entre los cuatro primeros, una situación que es mucho mejor de lo que se preveía hace unas semanas. Sin en los partidos anteriores había mejorado desde el punto de vista del juego y de los resultados, en un partido complicado como éste en el Benito
Villamarín, se sumaron los tres puntos, que es la constatación de que el equipo de Simeone está de vuelta, ya gana sin merecerlo, como muchos otros.

El partido arrancó con un gol bien anulado a Morata por fuera de juego. El madrileño retomaba los viejos fantasmas del curso pasado en este estadio donde el arbitraje no le fue muy beneficioso en el que fue su estreno como rojiblanco. En este caso, el colegiado sí que había acertado.

Al cuarto de hora, una conducción de Fekir acabó con un centro llovido que Loren no acertó a rematar con acierto, pero que generó un rechazo que acabó en los pies de un Emerson que fusiló a poca distancia. Si Lodi no llega a tocar y desviar a saque de esquina, Oblak habría tenido apuros.

Como los que tuvo dos jugadas después con un saque de esquina y a balón parado que ya todo el mundo se ha aprendido. Desde que el Leverkusen pusiese en muchísimos problemas a los de Simeone colocando a muchos jugadores en el área pequeña, los rivales utilizan esta fórmula para acosar al Atlético. Y el Betis no fue menos, un saque de falta que acabó centrado al segundo palo donde Feddal cabeceaba y el balón se estrellaba con violencia en el larguero.

Los primeros minutos había tenido una inercia rojiblanca, pero a los diez de partido, el Betis se hacía con el mando y comenzaba a generar ocasiones. Nada más que Joao Félix pusiese un centro chut que Joel tuvo que echar a córner para evitar sustos, el Betis volvía a plantarse en el área Oblak. Fekir la ponía con el interior al palo más alejado y Trippier se tenía que lanzar para sacarlo con la duda de si Oblak hubiese llegado con su estirada.

El equipo sevillano acumulaba muchos futbolistas en la medular, cuando Bartra o el propio Emerson se sumaban. A partir de ahí, Thomas y Herrera se veían en manifiesta inferioridad. El tempo era verdiblanco pero su forma de afrontar el partido, manifiestamente ofensiva, le podía causar un problema. Como sucedía a la media hora. Un balón robado en la medular en la que los centrales del Betis medían mal, Joao Félix veía en profundidad a Morata, que se plantaba solo ante Joel.

El exarquero del Atlético se resbalaba y Morata se precitaba en su remate. Intentaba aprovecharse de que el arquero bético parecía vencido, y la pegaba a media altura. Joel andaba rápido para recomponerse como podía y tocaba el balón lo justo para que el mismo se estrellase en el palo y volviese a sus manos. Increíble la resolución del asunto.

SEGUNDO ACTO

No era el Atlético de las últimas jornadas. Como se vio en la primera jugada del segundo acto. Joao
Félix conducía una contra con superioridad, con Morata y Lemar desmarcándose, y el luso elegía intentar meterse hacia al centro para buscar un disparo cuando era la peor de las opciones. Álex
Moreno le ganaba la posición y le arrebataba el balón ante la desesperación de Simeone.

Herrera, en banda derecha, no tenía la presencia que se le suponía en el juego como cuando es pivote. Por su parte, Lemar estaba completamente desaparecido y Thomas Partey muy errático, en el pase y en la pérdida de balones. Conclusión, el Cholo metía a Correa en el 55’, sacaba al francés, desapercibido, y recomponía al equipo. El argentino se colocaba en el interior derecho, Saúl en el izquierdo; y por fin Herrera y Thomas se hacían con el timón.

Y fue salir y besar el santo. El Atlético estaba muy lejos de ganar el partido por méritos, pero tiene jugadores con mucha calidad y eso pesa. Correa, el más listo de la clase, robaba un balón a Álex Moreno en su propia cara, se plantaba solo ante Joel, le recortaba y batía. Fácil. Pero a la vez tan complejo. La tecla que apretaba el Cholo hacía sonar música celestial para los rojiblancos.

Rubi metía a Borja Iglesias por un Loren al que Felipe había amargado la tarde. El brasileño del Atlético, de nuevo sobresaliente. Una forma de defender sin concesiones, elegante, siempre bien colocado, sin necesidad de usar acciones violentas ni marrulleras. Tremendo el exjugador del Porto, la revelación del Atlético en este curso.

El gol suponía un punto de inflexión en el partido, con todo más roto si cabía. Emerson agarraba un balón suelto en el área y la pegaba con potencia. Se iba alto. El Atlético, conservaba lo ganado porque había costado mucho en un partido en el que el Betis estaba siendo mejor.

Y de ahí al final siguió siéndolo. Un acoso en toda regla a la portería de Oblak. Primero Bartra con un disparo desde fuera que se marchaba rozando el larguero. Luego Canales, con un remate desde la frontal del área que pegaba en el palo. De nuevo, del Atlético no había noticias en ataque hasta que Correa agarró de nuevo el balón, le hizo el lío a Álex Moreno, que va a tener pesadillas con él, y puso el balón en el área pequeña. Ahí, Morata la pegó de tacón/espuela, como pudo, para marcar el segundo. Un gol y una asistencia para el rosarino, que ya es el jugador que más tantos ha hecho Increíble por lo visto en el partido, pero cierto, como un cuento de Navidad.

Bartra le puso algo de emoción al tema con un disparo que se coló en la portería, en el 92.