El arbitraje ‘europeo’ deslució el partido

El arbitraje ‘europeo’ deslució el partido

El cuento del arbitraje ‘europeo’ permisivo se desmontó en el encuentro de Anoeta. La Roma en su conjunto vaciló a su gusto a un Istvan Kovacs que permitió todas y cada una de las interrupciones que provocó el conjunto romano, dentro del plan de seguridad de Mourinho para avanzar a cuartos.

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La actuación arbitral desquició a la grada, a la plantilla realista y también al banquillo. Se pudo observar a Imanol protestando airadamente al cuarto árbitro e incluso Mourinho fue a pedir perdón al área técnica realista después de una reclamación fuera de lugar de uno de sus asistentes. El luso sabía de sobra lo que estaba ocurriendo.

Por increíble que parezca, el conjunto realista triplicó en faltas señaladas al férreo equipo romano y, sobre todo, le superó en tarjetas amarillas (4-3) pese a las constantes pérdidas de tiempo de todos los jugadores visitantes, principalmente un Rui Patricio que se marchó sin aviso ni amonestación. Desolador.

Sin embargo, lo más desesperante fueron los parones cuando los pupilos de Mourinho se lanzaban al suelo casi como derribados por un francotirador. Ahí se fue un partido con muy poco tiempo real de juego. Los cinco minutos añadidos en el primer tiempo, y los siete (+1) del segundo, se quedaron muy cortos para el tiempo que realmente se fue al limbo con el balón detenido y, por supuesto, le salió muy a cuenta al conjunto italiano, que espera hoy rival en el sorteo de cuartos.




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