El Atlético de Madrid se impuso este pasado miércoles 7 de septiembre, de manera agónica, a un FC Porto que dejó una gran impresión en el Metropolitano. La forma de acabar venciendo por parte de los de Diego Simeone, soslayó una realidad que el propio entrenador argentino reconoció, que su equipo no jugó bien.
El cuadro luso se marchó de Madrid devastado. Muy triste por cómo se había dado el partido y porque sentía que había merecido más que el Atlético. El Porto disparó 17 veces por las diez de su rival y gozó de ocasiones muy claras.
En la propia crónica de la web del club luso se titula “Injusticia divina” y se señala “lo ocurrido la noche del miércoles en Madrid fue el espejo de lo que se había visto hace un año, tanto en el Metropolitano como en el Dragão”. “En la jornada inaugural del Grupo B de la Champions League 2022/23, el cabeza de serie FC Porto jugó, disparó y tuvo más ocasiones de ganar que el Atlético, pero volvió de la capital española sin puntos (2-1), con un lesionado (Otávio) y un jugador menos para el partido de la próxima semana en casa contra el Club Brugge (por la expulsión sufrida)”, señaló el medio oficial.
Pero donde realmente se han soltado los medios oficiales del Porto ha sido en Dragões Diário, la Newsletter que envía el cuadro luso a sus suscriptores, en la que se habla de toda la actualidad relativa al equipo.
En ella, pese a señalar que fue “muy superior”, el club blanquiazul asegura que una derrota “siempre es una derrota, nunca una victoria moral”.
“Una derrota, para el FC Porto, es siempre una derrota. Nunca es una victoria moral. Lo que no quiere decir que no sea posible identificar aspectos positivos cuando el resultado no es feliz. Ayer, en Madrid, el FC Porto fue muy superior al candidato a la victoria en la Liga de Campeones, tuvo más ataques, más tiros, más oportunidades peligrosas, pero terminó perdiendo 2-1”, se lee en el boletín Dragões Diário de este jueves.
“Los tres goles se marcaron pasado el minuto 90. El Atlético se adelantó en el 92, pero Uribe empató, en la conversión de penalti, en el 96. El árbitro, sin embargo, solo pitó el final tras el gol final de los españoles. Volvió a marcar: al 101, en el último segundo exacto del partido, dos minutos más allá de los nueve que fueron añadidos, se planteó el 2-1. La injusticia estaba consumada”, dicen el boletín enviado por el club luso.