El as en la manga más laureado

Hablar de David
Silva es como referirse a uno de esos futbolistas acompañados por la estrella de los más laureados. A un elegido con la magia de los duendes. Una relación en absoluto casual, fraguada en una carrera abarrotada de éxitos, prácticamente a título por año. El canario llega a la Real con el brillo de los grandes campeones. Un as en toda la extensión del término que tenía guardado el club. Un auténtico número uno que colecciona 18 títulos desde que debutó en el fútbol profesional hace 17 años.

Por encima de todas las reliquias de oro que guarda Silva en su almacén, seguro que recuerda con especial cariño a la Copa del Mundo que hace 10 años logró en Sudáfrica con la selección española. La Real contrata a todo un campeón del mundo, hecho de por sí señalado en la historia del club. Las dos Eurocopas de 2008 y 2012 redondean un currículum internacional de categoría.

Una Copa del Rey en sus cinco temporadas con el Valencia fue el preludio de una gama dorada en su década defendiendo la camiseta del Manchester City. En Inglaterra, Silva se fue coronando como quien gana de memoria. Cuatro ediciones de la Premier al bolsillo, más dos FA Cup, tres Community Shield y cinco Copas de la Liga decoran unas vitrinas legendarias.

En Inglaterra saben quién merece ser galardonado y con Silva han ido más allá. Nada más despedirse hace unos días, al City se le ocurrió honrar al canario de con una estatua a las afueras del Etihad Stadium. Toda una señal de la huella que ha dejado este mago de Arguineguín que se reencuentra con una tierra guipuzcoana que le suena de algo: jugó cedido en el Eibar en 2004 y 2005. 15 años después, siendo estrella y as de oro en la manga de la Real, aterriza en Donostia para ampliar su catálogo de títulos. Le espera una final de Copa como txuri urdin.


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