El ataque comercial de Trump a la UE golpea con aranceles al aceite, el vino y el queso de España



Las nuevas medidas proteccionistas de Estados Unidos tienen cuatro destinatarios claros: Alemania, Francia, Reino Unido y España. Ellos son los países que dieron las ayudas ilegales a Airbus que han dado pie al veredicto de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que legitima la decisión de Donald Trump. Y en la lista de productos que se verán afectados cuando los aranceles entren en vigor el 18 de octubre se aprecia. En ella, por ejemplo, aparece el whisky fabricado en Reino Unido y no en Irlanda o el aceite español y no el italiano o el griego. Con los datos de exportaciones de 2018, la medida afecta a ventas españolas en Estados Unidos por más de 1.000 millones de euros.

La Administración de Donald Trump ya no mira solo a China a la hora de desarrollar sus políticas proteccionistas. También ha empezado a poner sus ojos sobre Europa. Respaldada en el fallo de la OMC que le permite imponer aranceles a productos de la Unión Europea por valor de 7.500 millones de dólares (más de 6.800 millones de euros), ha anunciado una lista de más de 150 productos sobre los que impondrá recargos. Esas tasas adicionales van desde el 10% sobre su valor en el caso de los “nuevos aviones y otras aeronaves, de más de 30.000 kilos sin carga” al 25% en el resto.
La lista divulgada es todavía provisional. “EE UU comenzará a imponer aranceles aprobados por la OMC a ciertos bienes de la UE a partir del 18 de octubre”, informó en un comunicado el jefe de Comercio Exterior de EE UU, Robert Lighthizer. No obstante, no es definitiva porque cuatro días antes se celebrará una reunión entre las dos partes. En esa mesa también se podrá hablar de la próxima decisión de la OMC sobre las ayudas de Washington al fabricante de aviones estadounidense Boeing.
A primera vista, si la decisión de la Administración Trump no hubiera sido selectiva, España no tendría por qué estar entre los países más afectados. Aunque Estados Unidos es el quinto destino, país a país, de las exportaciones españolas, hay mucha distancia entre Alemania (que vendió productos por 114.524 millones en 2018), Reino Unido (54.848 millones) e Italia (42.449 millones) y España, cuyas ventas alcanzaron un valor de casi 13.000 millones. También colocan más productos en la primera potencia del mundo países como Irlanda, Francia, Holanda y Bélgica.
Sin embargo, al bajar al detalle de los más de 150 productos elegidos y cómo se distribuyen por países, España —como los otros tres miembros del consorcio propietario de Airbus— salen malparados. Por ejemplo, en el caso del vino —producto del que las exportaciones españolas alcanzaron casi 300 millones— se recarga con un 25% el que llegue de Francia, España, Alemania y Reino Unido. Lo mismo sucede con las aceitunas. Si se trata de queso fresco o aceite de oliva, ese mismo arancel recae a los productos que lleguen de Alemania, Reino Unido y España. Un capítulo curioso se da con el whisky irlandés y escocés: cuando este licor proceda de la República de Irlanda no tendrá el castigo que sí se le impondrá si llega de Reino Unido (también Irlanda del Norte o Escocia).

Al quedar fuera países como Italia o Grecia, competidores directos en este mercado, el castigo sobre la competitividad de las exportaciones de estos países es evidente. En otros artículos, el recargo es casi general para todos los miembros de la Unión Europea: yogurt, melocotones, frutas, queso gruyère.
De aplicarse finalmente la medida sin cambios, el impacto de los nuevos aranceles para las exportaciones españolas alcanzaría a unos 1.000 millones, según ha explicado este jueves la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez. Además, concretó que el golpe se notaría más en regiones como Andalucía al afectar al aceite de oliva y las aceitunas. El impacto sería mayor en esta región de afectar también a otros productos como el jamón ibérico o el serrano.


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