Pensar en el Sánchez Pizjuán es sinónimo de escalofrío para el Athletic. Solo ha sumado 7 puntos en sus últimos 18 desplazamientos ligueros a Nervión. Encadena cinco derrotas consecutivas. Cinco encuentros en los que además no ha sido capaz de marcar ningún gol. Allí se esfumó la posibilidad de acceder a unas semifinales de la Europa League en una tanda de penaltis. Pero no hay que irse muy lejos en el tiempo para encontrar el último recuerdo doloroso de los leones en el feudo del Sevilla.
Después de una gran remontada y de tener en su mano el pasaporte continental, el Athletic dilapidó el 18 de mayo del presente año sus opciones europeas tras caer 2-0 en el Pizjuán en la última jornada de la pasada temporada. El cuadro bilbaíno regresará el próximo viernes al escenario del crimen con la intención de sacarse una espina y de mantenerse en la pugna por las plazas de honor.
Las cuentas hace siete meses eran sencillas. Ganando, los de Garitano eran sextos y entraban en la Europa League por la puerta grande. Pasaban la patata caliente de la séptima posición, con las consiguientes previas, al Sevilla. Con el empate, todo quedaba igual. El Athletic acababa séptimo y los andaluces, justo por encima. El problema para los leones era perder, como así fue. Hubieran necesitado un empate entre el Espanyol y la Real Sociedad que no se dio. El premio fue para los periquitos.
El Sevilla, dirigido por Caparrós en la recta final de campaña, miraba de reojo a la Champions. Aunque precisaba de una carambola en forma de derrotas de Valencia y Getafe. Nunca estuvo cerca de producirse. La palabra ‘biscotto’ resonó con fuerza durante la semana, ya que el punto podría servir a ambos en Nervión. Al Athletic para colarse en Europa y a los hispalenses para evitar las previas.
Los dos equipos arrancaron el choque con el freno de mano echado, como si estuvieran esperando la evolución del resto de marcadores. La desgracia para los rojiblancos comenzó en el último minuto del primer acto. Dani García cabeceó contra su portería un centro lateral, Herrerín despejó como pudo, sin embargo Ben Yedder castigó en el rechace.
El larguero repelió en el descuento el disparo de Iñigo Martínez y el empate que hubiera otorgado el billete continental al Athletic
Llegaron las prisas al Athletic. La segunda mitad fue un quiero y no puedo por su parte. Y con un Sevilla que ya sabía que tenía imposible la cuarta plaza. Sánchez Martínez decretó penalti por una mano de Mercado tras un chut de Beñat y por un instante cambió la cara de los bilbaínos. Fue un espejismo. El VAR reveló que no había nada.
Todo se precipitó en el descuento, en un córner favorable al Athletic. El balón se quedó muerto e Iñigo Martínez engatilló. Ahí iban las ilusiones europeas de los leones. Las rechazó el larguero de forma cruel. Ni Muniain ni Aduriz pudieron capturar el rechace. Los de Garitano estaban volcados y el Sevilla inició la contra. Herrerín salió al centro del campo para recuperar el esférico, pero lo perdió y el panorama se complicó más. Navas se resistió a chutar sin portero, Ben Yedder lo hizo con timidez y Iago, ya en su puesto, sacó como pudo. Munir, casi sin querer, firmó a placer el definitivo 2-0, sentenció las opciones europeas del Athletic y prolongó el gafe en Nervión.
Source link