En el Atlético de Madrid no están nada contentos con la actitud de dos futbolistas que eran piezas importantes en el equipo hasta hace unas semanas. Rodrigo y Griezmann. Griezmann y Rodrigo. Los dos decidieron marcharse del club rojiblanco. Uno (el francés) antes que otro (el español). De momento, el segundo ya está fuera. Y el primero lo estará en sólo unos días.
Pero lo que ha dolido en el Atlético son las formas de ambos. Y no han tenido problemas en mostrarlo públicamente. De forma indirecta, pero desde la zona noble se ha señalado a los dos recientemente.
Lo han hecho además con el anuncio de dos nuevas incorporaciones que vienen a cubrir su rol en el equipo. Primero fue Marcos Llorente, que llega para suplir al mediocentro madrileño. En su presentación, causó sorpresa que, a la hora de posar con la nueva camiseta del Atlético para la 19/20, se conociese el dorsal que tendría como colchonero. El ‘14’ que portaba Rodrigo.
Unos días después, más de lo mismo con Joao Félix. En este caso, lo desveló el club en las redes sociales minutos después de anunciar su fichaje para las próximas siete temporadas. El portugués llevaría el ‘7’, que hasta ese momento, era propiedad de Antoine Griezmann.
Llamó la atención, en ambos casos, que el Atlético anunciase los números que portarían los dos refuerzos cuando Rodrigo y Griezmann aún eran miembros de la plantilla. Ninguna salida había sido oficializada, pero la entidad colchonera las dejó entrever, mandando además un mensaje a los dos futbolistas y también a la opinión pública. Ya no se los tenía en cuenta para nada, y lo gritaron a los cuatro vientos.
Como decimos, en el Atlético no ha gustado la actitud de Rodrigo y Griezmann. Respecto al francés, hace unas semanas, Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del club, anunció que tenía un acuerdo desde el mes de marzo con el Barcelona. Después se conoció que el francés había dado el OK a los catalanes poco antes de disputar la vuelta de octavos de la Champions ante la Juventus en Turín, algo que no le deja en muy buen lugar.
Y luego está Rodrigo. El Atlético lo recuperó el pasado verano, pagando 25 millones de euros al Villarreal, el importe de su cláusula que se había subido meses antes para que el club amarillo recibiese más dinero. El jugador se mostró encantado de volver a casa, afirmando que era un sueño para él. Entonces, firmó su contrato con una ficha relativamente baja en comparación con el resto del plantel, pero con el acuerdo de que ambas partes volverían a sentarse cuando acabase el curso para mejorar esa ficha y también su cláusula (70 millones).
Pero las llamadas de Pep Guardiola hicieron que Rodrigo cambiara de parecer. Simeone habló con él para que se quedase y desde la directiva se le ofreció una sustancial mejora de la ficha. Pero aunque el canterano pidiese tiempo para pensar, la decisión de marcharse al City era ya prácticamente una realidad.
El Atlético comunicó en su web que Rodrigo había depositado la cláusula y que había “extinguido de forma unilateral el contrato laboral que le vinculaba a nuestro club hasta el 30 de junio de 2023”. Ni siquiera un mensaje de agradecimiento y suerte, como ocurre con todos los que se marchan de la entidad. Tampoco ha habido un mensaje de despedida del futbolista, hasta el momento. Su actitud dolió en el Metropolitano. Como la de Griezmann.
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