El Banco de España reducirá su previsión de crecimiento de forma “significativa” para este año y, en menor medida, también para 2022. Así lo ha anticipado el gobernador, Pablo Hernández de Cos, en su comparecencia en el Congreso para analizar los Presupuestos Generales del Estado.
Aunque el organismo supervisor no publicará sus proyecciones hasta diciembre y los indicadores del verano han sido favorables, la fuerte corrección del INE, que dejó el incremento del PIB del segundo trimestre en un 1,1% en lugar del 2,8% inicialmente avanzado, “lleva automáticamente a una significativa revisión a la baja”, ha explicado el gobernador. Y además se ha producido un deterioro reciente en el exterior, sobre todo por los cuellos de botella en la industria y el encarecimiento de materias primas y otros costes intermedios. Hasta el punto de que estos desajustes entre oferta y demanda ya estarían recortando las exportaciones europeas en un 7%, ha indicado Hernández de Cos. Y en España ya están provocando cierres temporales de plantas, en especial del automóvil.
Pese a que los efectos del actual episodio inflacionista son muy inciertos, el Banco de España ha dado una cifra sobre el daño que puede infligir: solo un aumento permanente del 10% en el precio de la luz de los consumidores finales generaría una pérdida de unas 3 décimas de PIB a lo largo de tres años, lo que según el gobernador debería llevar a apoyar a los colectivos más vulnerables y a una reflexión sobre el modelo energético. No obstante, Hernández de Cos ha apuntado que los últimos datos señalan que la recuperación emprendida en la primavera continúa gracias a la vacunación. Hasta ahora las estimaciones del Banco de España eran de un crecimiento del 6,3% para este año y un 5,9% para el siguiente. Y el consenso diario de estimaciones de los analistas que ha mencionado el gobernador se sitúa en el 5,6% para 2021 y ligeramente por encima del 6% en 2022, lejos del 6,3% y el 7% que tiene, respectivamente, el Gobierno en sus Presupuestos.
Según informa Miguel Ángel Noceda, el líder del PP, Pablo Casado, se ha aferrado a la intervención del gobernador: “El Banco de España confirma que la situación es mala”, y que “el presupuesto nace muerto” porque “no se van a cumplir las previsiones de ingresos” y tienen unos planes de gasto “que no son responsables”, ha declarado en el Congreso de la Empresa Familiar. “Estamos a la cabeza del déficit y la deuda en Europa”, ha apostillado. Y ha vaticinado que este año el PIB crecerá menos del 5%.
Por su parte, el gobernador ha subrayado que aún falta por recobrar de la crisis de la pandemia 8,4 puntos de PIB frente a los 2,5 puntos que quedan en la zona euro. Si bien ha señalado que el empleo ha evolucionado mejor y ya solo resta por recuperar un 1,2% teniendo en cuenta los ERTE. El impacto de la pandemia ha sido muy desigual y ha afectado más a los jóvenes, algunas regiones dependientes del turismo y sectores como el comercio, transporte y hostelería, que todavía se encuentran un 20% por debajo de sus niveles prepandemia. Y ha recordado que persisten las dudas sobre cuál será la evolución del volumen de ahorro acumulado por las familias y la ejecución de los fondos europeos. Por más que la inflación sea temporal, ha admitido que tendrá efectos más persistentes de lo que se esperaba. Y está por ver cuál será la recuperación del turismo.
En este contexto, “los presupuestos deben pasar desde una fase de gestión de la crisis a una de apoyo a la recuperación que sigue siendo incompleta”, ha dicho. El apoyo fiscal debe ser selectivo y temporal, centrado en empresas y grupos vulnerables, y que permita un programa de corrección de las cuentas públicas a medio plazo. De lo contrario, la deuda permanecerá enquistada alrededor del 115% del PIB. Hernández de Cos ha alertado de que el gasto estructural ha estado aumentando durante la pandemia y ha añadido que la subida de las rentabilidades que ha experimentado la deuda en 2021 ilustra la vulnerabilidad de las finanzas públicas ante cambios en los mercados.
El Banco de España advierte, además, de que el crecimiento del PIB que ha dibujado el Gobierno en sus Presupuestos se encuentra por encima del consenso de los analistas y que, por tanto, existe el riesgo de que se incumplan sus proyecciones. De entrada, ya se han recaudado 3.000 millones menos de lo esperado por las subidas de impuestos del año pasado. Aunque las previsiones de ingresos del Ejecutivo están en línea con el crecimiento pintado en los Presupuestos, el pronóstico de avance del PIB puede incumplirse y acabar lastrando las cuentas con una recaudación más baja. No obstante, este riesgo de desviación se vería en parte compensado por un menor déficit de lo previsto este año y una menor ejecución de las inversiones. “Los presupuestos presentan un riesgo de inejecución significativo al recoger una cantidad de inversión financiada por la UE que no tiene precedentes”, ha afirmado Hernández de Cos.
En cuanto al gasto público, este tendrá un tono expansivo y permanecerá sustancialmente por encima de su nivel precrisis: un 19% más que en 2019 sin contar con las inversiones financiadas por la UE. Si se toma el plan presupuestario, que incluye a todos los entes territoriales, el aumento respecto a 2019 es del 10% sin las inversiones. El incremento del gasto en pensiones se ve parcialmente compensado por unas menores transferencias a las comunidades.
En materia de pensiones, el gobernador ha señalado que tras la vuelta a las subidas con el IPC habrá que compensar con medidas adicionales el fuerte aumento del gasto provocado por la evolución del número de jubilados respecto al de trabajadores. Y ha pedido que en general se eviten las cláusulas que indexen el gasto a la inflación por una merma que tiene su origen en el exterior y que, por lo tanto, conllevaría una “peligrosa” pérdida de competitividad. Hernández de Cos ha puesto mucho énfasis en mejorar la eficiencia del gasto público: “Se dedica menos que en el resto de Europa a educación e inversión, que son determinantes para elevar el crecimiento”. Y ha resaltado “la necesidad de una revisión integral del sistema tributario, que mas allá de lograr los ingresos suficientes debe perseguir la mayor eficiencia posible”.
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