El Banco de España ha cifrado los daños que pueden causar los nuevos aranceles de la Administración Trump sobre las exportaciones españolas. Con datos entre 1995 y 2017, el organismo supervisor calcula que en general para un alza del 1% en los aranceles las exportaciones españolas suelen reducirse en un 0,6%. Al haber un incremento de unos 20 puntos, se van a perder, al menos, un 12% de las ventas a Estados Unidos, es decir, unos 95 millones de euros, casi el equivalente al 0,01% del PIB.
“Los resultados revelan que los aumentos de barreras arancelarias tienen un impacto adverso y persistente sobre la capacidad exportadora de nuestra economía”, concluye el informe publicado este miércoles.
Con las cifras de Comercio de 2018, en España las medidas de EEUU afectan sobre todo a productos del campo. Washington ha anunciado que elevará los gravámenes aplicados a bienes agroalimentarios europeos desde el 3,5% actual hasta el 25%.
Estos cálculos se difunden un día antes de que Estados Unidos imponga, en principio, los aranceles. Estos se aprobaron en represalia por los subsidios que la UE concede a Airbus, una decisión que cuenta con el respaldo de un arbitraje que resolvió la Organización Mundial de Comercio (OMC). El Gobierno estadounidense ha señalado que gravará durante un año unos 6.800 millones de euros en productos europeos, de los que 790 millones se corresponden con España. Entre los bienes españoles perjudicados se encuentra el aceite de oliva, el vino, las conservas, los embutidos, la aceituna, las clementinas, los limones o las aeronaves. La UE espera responder de forma similar cuando tenga el mismo dictamen de la OMC sobre las ayudas de Estados Unidos brindadas a Boeing.
Trump también ha amenazado con subir los aranceles al automóvil, abriendo un nuevo frente en la guerra comercial. Ahí los resultados serían similares, indica el Banco de España. Al tener las ventas de coches a EE UU un volumen parecido a los productos ahora gravados, también se perdería una cifra cercana a los cien millones. No obstante, estos resultados pueden variar mucho por sectores. Por ejemplo, algunos productos pueden ser más fáciles de sustituir que otros. Y no es lo mismo cuando una empresa ya es exportadora habitual y ha incurrido en los costes fijos de vender fuera. En ese caso podría encajar en el margen parte del recargo, aliviando el impacto. El efecto puede ser peor para aquellos que valoran si empiezan a exportar a Estados Unidos.
En todo caso, el Banco de España recuerda que estas estimaciones no incorporan dos hechos que pueden agravar los resultados obtenidos en el estudio: por un lado, una subida arancelaria tan fuerte de golpe podría acabar teniendo unas repercusiones mayores. Por otro, el Brexit puede entrañar un importante rediseño de las relaciones comerciales con uno de los principales socios y, en consecuencia, podría empeorar el comportamiento de las exportaciones españolas.
El supervisor destaca además el papel positivo que han desempeñado en los últimos años los acuerdos comerciales que ha suscrito la UE con Japón, Canadá y Mercosur. Estos tratados implican la eliminación de aranceles en más del 90% del intercambio de bienes con estas regiones. Cerca del 3% de las exportaciones españolas se destina a esos países.
El comercio exterior constituyó una palanca esencial para la recuperación económica, recuerda el Banco de España. Sin embargo, desde 2018 las exportaciones empezaron a tirar menos del PIB. Después de décadas de descensos generalizados, los incrementos de aranceles están lastrando el comercio internacional y, por tanto, perjudicando a las exportaciones españolas, destaca el informe. También ha influido la revalorización que acumuló el euro en 2017. Además, durante la crisis se elevaron las barreras no arancelarias, que dificultan de manera significativa el comercio global y, por ende, el español.
El arancel medio que soportan los productos españoles ha caído nueve puntos porcentuales desde 1995, apunta el documento. Y este descenso es mayor que el que ha tenido de media el comercio mundial y los países de la UE: 4 y 5 puntos, respectivamente. Aun así, el arancel medio sobre las mercancías españolas es algo más elevado que para los socios comunitarios: un 4,2% frente a un 3,6%. Esta diferencia obedece a los tipos de productos que se venden. En la cesta de exportaciones españolas hay un mayor peso del sector agroalimentario, que representa alrededor de un 20% de las ventas extracomunitarias y tiene una arancel entre el 9% y el 13%, superior al promedio del total situado en el 5%. El textil también tiene un peso mayor, del 7%, y sufre gravámenes superiores al 9%.
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