El Bayern consiguió derrotar al Barça de Giráldez en pretemporada. Anoche, en el Camp Nou, las alemanas no lo pusieron nada fácil pero, a la postre, tuvieron que rendirse a la evidencia. En el femenino, el Barça sí que está dos escalones por encima del Bayern. Tras una primera parte de madurar el partido, sin profundidad ni ocasiones, el Barça salió del vestuario dispuesto a sentenciar. Y lo consiguió enseguida gracias a las penetraciones de Rölfo por la izquierda, la magia inagotable de Aitana Bonmatí y el golazo por la escuadra de Claudia Pina, quién sabe si el mejor gol del año. Del presente y del siguiente. El estadio fue, de nuevo, una fiesta. Que en un jueves laborable, a las 18.45, con Cristiano Ronaldo y Neymar como competencia televisiva desde Qatar, ayer el templo culé congregase a 46.000 fervorosos aficionados es otro éxito de Club.
Además, en plena demolición de un sector de la tercera grada, todo el gol sur estuvo cerrado a cal y canto. Más allá del efecto visual, de juntar a toda la afición en el resto de gradas, era un primer ensayo para el Barça en obras. Se trata de ir acostumbrando a la afición a acudir a un Camp Nou parcialmente cerrado y se trata, aún más, que los distintos departamentos del Club, de operativa a seguridad, vayan cogiendo el hábito de montar partidos con el estadio a medias. Al regreso de Cornellá, durante una o dos temporadas, tocará acostumbrarse a convivir con las obras… si el ayuntamiento da el permiso a la reformulación del proyecto y si Laporta encuentra quien financie la magna obra.