El Barça visita este viernes (18:00 horas) al Zenit San Petersburgo, un partido doblemente especial para los azulgrana porque llega tras una semana muy atípica y porque enfrente tendrán a un viejo conocido como Xavi Pascual.
“Ha sido una semana complicada”, admitía Álex Abrines. “Hemos estado muchos días encerrados en casa sin entrenar y será un partido complicado, no solo por el rival sino también porque no hemos tenido la preparación que habríamos de haber tenido. Haremos un esfuerzo extra para estar al cien por cien, yo creo que con este equipo no hay excusas”, manifestaba el alero balear antes de que el equipo azulgrana volara hacia San Petersburgo.
El Barça tuvo que estar confinado y sin entrenar lunes y martes tras los tres positivos registrados en el equipo, los de los técnicos Sarunas Jasikevicius y Darius Maskoliunas y uno tercero que el club no ha querido identificar.
Un duelo contra Xavi Pascual
Para el escolta balear el partido será muy especial porque se enfrenta a su primer técnico en el Barça. “Es la primera vez que nos enfrentamos. Tengo muy buenos recuerdos de Xavi Pascual, de mi primera temporada en el Barça y seguro que nos pondrá las cosas muy difíciles porque conoce muy bien a este club y también a Saras y sabe preparar muy bien estos partidos”, avisa Abrines.
Adam Hanga, por su parte, también espera “un partido complicado” porque “estamos en una situación un poco extraña, no hemos tenido suficiente entrenamiento para prepara este partido”. A pesar de todo, el alero húngaro cree que “todo el mundo debe dar un paso adelante en el equipo y también en el staff y vamos a dar todo para ganar”. Según Hanga, “hemos mejorado un montón desde la pretemporada y todavía tenemos margen de mejora. Y creo que va a ser así durante todo el año. Vamos a echar mucho de menos a Saras pero es lo que hay”.
Queja a la Euroliga
A las dificultades propias de este contratiempo del COVID hubo que añadir las logísticas de una llegada complicada a Rusia a causa de una retención de tráfico sufrida tras aterrizar en el aeropuerto de la ciudad rusa. El equipo no pudo comer hasta las seis y media de la tarde y llegó por los pelos al entrenamiento previsto en la instalación del Zenit. En total, la expedición azulgrana estuvo más de dos horas a la espera de que la policía rusa le permitiera superar el control de pasaportes, algo incomprensible para el club, ya que el resto de viajeros no tuvieron problemas para superar este trámite.
Es por ello que el Barça se puso en contacto telefónico con la Euroliga para trasladarle su queja por lo sucedido. Tras superar el control, el equipo azulgrana inició, en torno a las 17.15 hora rusa (una hora menos en España), el desplazamiento en autobús desde el aeropuerto hasta el hotel de concentración, un trayecto con una duración estimada es de una hora. Una vez en el hotel, el equipo pudo comer y aprovechar un mínimo tiempo para descanso, antes de partir hacia el pabellón para realizar la sesión prevista.
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