El BCE se defiende del Constitucional alemán: “Sin compra de deuda la eurozona estaría peor”


La reunión del Banco Central Europeo (BCE) del 4 de junio fue decisiva porque allí se decidió sacar más artillería contra la crisis y aumentar en 600.000 millones de euros el programa de compra de deuda creado a raíz de la pandemia. Pero ese día mercados y analistas escuchaban con máxima atención las palabras de Christine Lagarde, presidenta del organismo, también por otro motivo. Era la primera reunión que encabezaba tras la sentencia del Constitucional alemán que había supuesto un torpedo contra la independencia del BCE —y de paso del Tribunal de Justicia de la UE—. El Consejo de Gobierno defendió entonces los instrumentos que desplegó contra la anterior crisis, y los que está desplegando para afrontar la actual, según las actas publicadas este jueves. Hubo un amplio consenso, dicen las actas, en que los efectos positivos compensan los negativos.

Los miembros del BCE describieron las compras de activos que tanto preocupan a los jueces del más alto tribunal alemán como “un instrumento esencial” con el que la política monetaria puede influir en la inflación, que es, en última instancia, su objetivo. “Existe una amplia evidencia de que estos programas han probado su efectividad para lograr los efectos buscados en la economía de la zona euro y, por lo tanto, en lograr la estabilidad de precios”, aseguran los documentos. Los responsables del eurobanco admiten que sus decisiones pueden haber tenido efectos negativos, pero insisten en que su efecto global es claramente beneficioso.

“La economía de la zona euro habría evolucionado mucho peor sin las políticas de estímulo de las compras de activos”, aseguran las actas. El programa de compras lanzado en 2015 por el antecesor de Lagarde, Mario Draghi, ayudó a ahuyentar el riesgo de la deflación, recuerda el texto, que califica de “muy positiva” la contribución de estas políticas expansivas tanto al crecimiento de la economía como a la evolución de los precios. El documento del BCE no menciona en ningún momento ni al Constitucional alemán ni su sentencia, pero quedan pocas dudas de en quién está pensando al lanzar esta cerrada defensa del programa de Draghi.

Las actas también muestran que las medidas de impulso adoptadas entonces contaron con un amplio apoyo del Consejo, pero que también hubo voces discordantes. Algunos miembros pusieron en duda la cuantía de 600.000 millones de euros en nuevas compras, así como la necesidad de actuar inmediatamente.

El BCE no se conforma con dar a conocer su punto de vista a través de sus actas. El organismo entregó a las autoridades alemanas el miércoles documentos que probarían la proporcionalidad de sus medidas, según Reuters. El organismo que encabeza Lagarde no llevará la voz cantante en este proceso, sino que esta recaerá en el Bundesbank (el banco central alemán).


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