El bipartidismo clásico y el empresariado arropan al Rey en el balneario de A Toxa

El Rey, junto al jefe de Estado portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, recibe el aplauso de la ministra Reyes Maroto, Alberto Núñez Feijóo, Josep Piqué y Felipe González.
El Rey, junto al jefe de Estado portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, recibe el aplauso de la ministra Reyes Maroto, Alberto Núñez Feijóo, Josep Piqué y Felipe González.Ana Varela / EFE

El rey Felipe VI se regaló este jueves, tras unas semanas complicadas, un baño de adhesiones del bipartidismo clásico y de la élite empresarial en el balneario gallego de A Toxa. El Monarca inauguró en la isla pontevedresa la segunda edición del Foro La Toja Vínculo Atlántico, de impulso de los valores de la democracia liberales y centrado este año en buscar soluciones ante la crisis provocada por la pandemia de la covid-19. Y allí Felipe VI recibió elogios directos de los otros oradores de la jornada, como el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; del promotor del evento, el empresario Amancio López Seijas, y largos aplausos en pie de los principales empresarios del país.

En su discurso, el Rey obvió cualquier asunto conflictivo de los que le han mantenido en el centro de la contienda política partidista, especialmente tras su ausencia obligada la semana pasada en un acto judicial en Barcelona y después de las críticas públicas que recibió del sector de Podemos dentro del Gobierno de coalición. Felipe VI agradeció en A Toxa el mantenimiento de este incipiente foro de debate, “el estímulo” de las reflexiones amistosas de Rebelo de Sousa y reafirmó su creencia en los valores de la libertad, igualdad y fraternidad de la sociedad así como una salida a esta crisis que preserve una sociedad equitativa y cohesionada.

El patrocinador principal del Foro La Toja, Amancio López Seijas, señaló en la apertura de la jornada los anhelos de los empresarios presentes que demandan a los responsables públicos menos “populismos ideológicos” y “personalistas” y más “pactos históricos”.

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, aprovechó la presencia en el foro de los expresidentes Felipe González y Mariano Rajoy para lanzar algunos de sus mensajes que por elevación se prestan a varias interpretaciones: “La política anclada solo en lo perentorio es tan dañina como la que solo atiende a los grandes asuntos. No se trata de suspender el debate y la controversia en busca de una imposible unanimidad, sino de proteger un espacio para el acuerdo de todos y con todos. También en este punto la transición española ofrece un ejemplo elocuente porque no debe olvidarse que buena parte de ella discurrió en medio una profundísima crisis económica”.

El presidente gallego abogó por hallar “un punto de encuentro” donde sentarse y conversar y por “evitar las manzanas de la discordia que fragmentan a la ciudadanía”. “Una comunidad política que se precie no está formada por hombres y mujeres que simplemente coexisten, se toleran o se miran con recelo: la comunidad es tal si hay algo en común que todos compartan”, defendió Feijóo.

Marcelo Rebelo de Sousa fue la estrella del primer día de este foro, que durará hasta el sábado y será clausurado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El jefe de Estado de Portugal, al que Feijóo presenta siempre como “el único presidente de la República de los gallegos”, elevó el nivel de las reflexiones al reclamar a los gobernantes que hablen “claro” ante este reto global de la covid-19 y busquen la felicidad “posible y deseable” de las personas porque, en caso contrario, “otros rellenarán ese vacío con proclamas seductoras, aunque sean irrealizables, promesas atractivas aunque irreales, modelos listos para usar aunque impracticables”.

El presidente de Portugal ensalzó “el carácter, la honradez, la ponderación y el sentido de Estado” mostrado en su mandato por Felipe VI en su labor en favor “de la unidad de España” y desglosó algunas ideas sobre los fallos del sistema y de la sociedad occidental ante la pandemia, como el fracaso del multilateralismo imperfecto y algunas actuaciones aislacionistas, proteccionistas e insolidarias de varias de las llamadas grandes naciones. Y se preguntó, como más tarde remacharon el exministro y presidente del foro, Josep Piqué, y el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría, “cuánto durará” esta crisis y, por tanto, “cuánto costará” salir de la misma. Dos incógnitas que, subrayaron, hacen de esta un reto mucho más complejo de superar que en crisis anteriores.

El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, aterrizó al final de la jornada en las discusiones teóricas ante la realidad de los permanentes conflictos políticos que vive España y reclamó “volver a la estabilidad institucional, respeto a la Corona, a la monarquía parlamentaria y constitucional”. El empresario reveló que cuando le llaman de fondos internacionales le preguntan con preocupación: “¿Qué pasa en España?” y confesó que reconoce que también le preocupa la defensa del actual sistema: “Si no lo defendemos, esto no va a funcionar”. Garamendi pidió moderación y recetó una solución con cinco es: “España, Europa, empresarios, esfuerzo y espíritu de saber lo que somos y que este partido lo vamos a ganar”.


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