El brazalete del Athletic va de mano en mano


Los derbis no son para ganarlos, sino para jugarlos. El Athletic, esta vez sí, fue capaz de poner en práctica este viejo dicho que tanto le ha costado hacer valer en situaciones anteriores. No jugaron más bonito ni mejor los leones que los rojillos, pero marcaron dos tantos mientras los anfitriones no pasaban de uno.



Un partido un tanto extraño desde la perspectiva bilbaína. A la lesión de Muniain antes del pitido inicial se le sumó la de Raúl García en el primer tiempo. Gaizka Garitano tuvo que ir improvisando sobre la marcha y todas las apuestas, a tenor del resultado final, le salieron a pedir de boca. El 1-2, por ejemplo, nació en una jugada en la que San José tocó de cabeza, Lekue intentó rematar y Kodro empujó el balón al fondo de la red casi sin querer. Estos tres jugadores habían comenzado el duelo en el banquillo.

A los aficionados de Osasuna les tocó vivir ayer, hablamos de día y hora, lo que a los del Athletic en las últimas jornadas de Liga. La principal duda antes del encuentro para los seguidores rojillos radicaba en desayunar más tarde de lo normal o, por el contrario, comer antes de lo habitual. A tenor de lo visto en los establecimientos hosteleros de los alrededores de El Sadar y de la propia capital navarra hubo una mezcla de ambas opciones. ¡Menudos platos y tragos que se estaban metiendo algunos entre pecho y espalda!

La sesión matinal (si es que se puede denominar así a un encuentro fijado para las 14 horas) arrancó con sorpresa a nivel futbolístico. Oihan Sancet entraba en el once titular en detrimento del lesionado Iker Muniain. El capitán rojiblanco se acercó por la mañana al hotel de concentración de sus compañeros para, entre otras cosas, dar ánimos a ‘su protegido’. La afición rojilla, visto lo visto, volvía a tener un motivo especial para corear en las gradas aquello de “que no son de Lezama, que son de Tajonar”; algo que no hizo en ningún momento del choque. Al contrario. Desde las gradas de El Sadar se aplaudió a Raúl García, San José y Kodro en momentos concretos del derbi. A Iñigo Martínez, por su parte, le etiquetaron de “español”.

Lesión tras lesión

Además del estreno como titular de Sancet, quien siendo cadete llegó a la cantera del Athletic procedente de Osasuna, el público de El Sadar vio cómo Raúl García portaba el brazalete de capitán del Athletic. Todo hasta el descanso, puesto que en la segunda mitad no compareció el navarro. Williams tomó el relevo. Todo hasta que San José vino a ocupar la plaza de Unai López y tiró de galones y veteranía.

Parecía que a los leones les iba a esperar un ambiente hostil en este estadio vistos los pitidos recibidos en el preciso instante de salir a calentar con Juan Ángel Iribarren (otro exosasunista) a la cabeza. La cosa no pasó a mayores posteriormente. La afición de El Sadar se dedicó a animar a los suyos e incluso les despidió con una cerrada ovación pese a perder. La felicidad estaba esta vez en el barrio rojiblanco.


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