Chicago Bulls estaba posicionado como uno de los favoritos de la Conferencia Este. Sin embargo, una de sus estrellas (el base Lonzo Ball) sufrió el pasado mes de enero una lesión de menisco que aún le mantiene fuera de las canchas.
Y es que el californiano está sufriendo un auténtico calvario, que ahora ha querido hacer público durante su última rueda de prensa: “De veras que ni siquiera puedo correr, ni eso ni saltar. Hay un rango, entre los treinta y sesenta grados con la rodilla doblada, en el que no tengo nada de fuerza y no me tengo en pie. Hasta que no pueda hacer eso no podré jugar”, ha empezado explicando.
“Hice rehabilitación y fue bien, pero no hasta el punto de salir ahí y poder correr a toda velocidad. Así que la cirugía es el siguiente paso. Es todos los días, hasta subir unas escaleras es doloroso”, continúa su durísimo relato.
Sin embargo, Ball ha querido dejar claro que por su mente no pasa en ningún caso no volver a jugar esta temporada: “Estoy en un punto en el que sé que no puedo volver a jugar hasta que me sienta cómodo jugando y realmente pueda hacerlo como siempre. Entonces, cuando llegue ese día, me pondré la camiseta. Pero no está en mi mente perderme la temporada, sería el peor de los casos”, ha sentenciado.