El caprichoso ‘Don Fútbol’ se pasea por Montilivi

En la vida, 2+2 son 4. O por lo menos, casi siempre. Pero en el fútbol no. Este bendito deporte no entiende de meritocracia. Gana el que meta un gol más que el rival. Punto. Y da igual cómo haya ido la película. Buen ejemplo de ello es cómo se impuso el Girona al Espanyol este sábado. El conjunto blanquiazul puso el dominio, la iniciativa y, en su mayoría, los acercamientos a la meta contraria. Pero el único tanto fue del cuadro rojiblanco, y por ello los tres puntos se quedaron en Montilivi.

¡Ojo! Lo explicado hasta el momento ni mucho menos persigue defender la idea de que el triunfo del Girona no sea justo. Más bien todo lo contrario. El frío dato dice que en la posesión de balón impuso su ley el Espanyol en un 65-35. También asevera que en cuanto a disparos los de Vicente Moreno intentaron 27 mientras que los de Francisco se quedaron en 10. Pero a la postre, estos números de nada sirven a efectos prácticos.

Ni Raúl De Tomás, ni Embarba, Ni Puado ni ninguno de los pupilos de Vicente Moreno fueron capaces de superar a un Juan Carlos que sumó su candidatura a las de José Juan y Ramón Juan como porteros revelación de la semana. Así. Sin más. Sin nombres ni apellidos extravagantes y con un único vestido: el des las paradas.

Poco se le puede reprochar a este Espanyol en lo que respecta a actitud y mucho se le debe elogiar a un Girona que hizo lo tenía que hacer: marcar y no encajar. A partir de ahí, habrá quien hable de injusticia, de milagro o de lo que quiera, pero la única verdad es que los caprichos de ‘Don Fútbol’, aunque inexplicables, en ocasiones propician resultados como el del Girona-Espanyol de este sábado.


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