El caso de las nuevas empresas cooperativas tecnológicas

El caso de las nuevas empresas cooperativas tecnológicas

Cuando Uber y Lyft se hizo público, no fueron los conductores los que se hicieron ricos, fueron los ejecutivos, los inversores y algunos de los primeros empleados. En una época en que ha quedado claro que los ejecutivos e inversores tecnológicos son con frecuencia los únicos que cosecharán recompensas por el éxito de una empresa, las nuevas empresas cooperativas están recibiendo más atención.

Dependiendo de cómo esté configurado, un modelo cooperativo ofrece a los trabajadores y usuarios la verdadera propiedad y control de una empresa; los beneficios que se generan se devuelven a los miembros o se reinvierten en la empresa.

Las cooperativas no son nuevas: el ejemplo más antiguo de la nación es The Philadelphia Contributionship, una compañía de seguros de propiedad mutua fundada por Benjamin Franklin en 1752. En 1895, la Alianza Cooperativa Internacional se formó para servir como una forma de unir cooperativas el mundo. Algunas universidades tienen cooperativas de vivienda administradas por estudiantes donde se comparten la limpieza, la preparación de alimentos y otras responsabilidades. Hoy en día, hay muchas cooperativas conocidas a gran escala, incluida la tienda de recreación al aire libre REI, Arizmendi Bakery en San Francisco y Blue Diamond Growers, uno de los procesadores de nueces de árbol más grandes del mundo.

Sin embargo, lo novedoso es aplicar el modelo cooperativo a las nuevas empresas de tecnología. Start.coop, un acelerador para startups cooperativas, es solo un grupo que intenta facilitar esa práctica.


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