El Celta agranda el bajón de la Real


Con el Atlético tercero en la tabla, tras sumar 10 puntos sobre 12 posibles, y enderezado el objetivo de asegurar una plaza en la Liga de Campeones, el nuevo fútbol está consumando una vieja aspiración de Diego Pablo Simeone. Se resume en una de sus frases de cabecera: “No importan los minutos que uno juegue, sino la calidad de ellos”.

La exigencia del calendario y los cinco cambios han derivado en el Atlético más socializado de la era Simeone en el reparto de los minutos. Sólo Oblak ha disputado los cuatro partidos y solo Savic, Giménez y Lodi, de entre los nueve jugadores de campo que han entrado en el once titular en tres ocasiones, han disputado los partidos al completo. Más allá de los residuales Adán y Saponjic (inéditos en minutos), la gran mayoría del plantel ha gozado al menos de dos titularidades. Correa, Morata, Lemar y Manu son los únicos que solo han jugado de inicio una vez. Vitolo, por salir de una lesión, tampoco ha gozado de la titularidad.

El Cholo forma parte del grupo de entrenadores con un mayor promedio de cambios en el once (6) de una jornada a otra. Del primer encuentro en San Mamés (1-1) a El Sadar (0-5), varió a cuatro jugadores. De la tunda a Osasuna al triunfo ante el Valladolid (1-0), introdujo siete novedades, las mismas que ante el Levante (0-1). Hasta la fecha, solo Asier Garitano (Alavés), Javier Aguirre (Leganés) y Sergio (Valladolid) arrojan el mismo promedio que el técnico del Atlético en las rotaciones.

“La plantilla es la que va a conseguir el propósito y terminará teniendo la fuerza para llegar al objetivo marcado por el club”, aventuró Simeone tras la rotunda victoria en Pamplona. Pese a que ha sido el único partido en el que no utilizó los cinco cambios, este supuso un espaldarazo definitivo a su idea de distribuir los esfuerzos más que nunca. La goleada la cerraron entre Llorente, Carrasco y Morata, que entraron en el segundo tiempo.

Algo novedoso

El aumento de tres a cinco sustituciones ha sido tan bienvenido por Simeone que hasta un irreductible pragmático como es él se ha referido a la medida en términos del espectáculo. “La gente que disfruta del juego necesita ver más opciones y posibilidades. Hay gente que por tres cambios no puede entrar al campo y con esta opción estamos descubriendo algo novedoso. La gente verá si es conveniente o no, yo creo que para el espectáculo hay más gente fresca”, dijo en la previa del encuentro ante el Levante. Al término del duelo disputado en el estadio de La Nucía se ratificó: “Cuando hay tres cambios es más complejo y hay muchos futbolistas enojados por no jugar. Hoy, teniendo cinco, pueden competir y esto habla de la buena plantilla formada. Esperemos llevar a buen puerto el objetivo como club y como equipo”.

Ni el Atlético ni sus futbolistas son ajenos a las malas caras con las suplencias ni a los debates que sugieren las alineaciones de Simeone. Por el momento, el nuevo fútbol ha borrado el cartel de insustituibles a Koke y a Saúl, a los que el técnico ha mantenido en el once en multitud de ocasiones cuando sus estados de forma no eran acordes a esa condición de intocables.

Simeone ha transformado como nunca las alineaciones de un duelo a otro en medio de una fuerte presión por la sexta plaza con la que el Atlético se presentó a la reanudación del campeonato. Si antes del parón la delicada situación económica en la que entraría el club sin la participación en la Champions ya caló mucho en el técnico y en el vestuario, el daño a las arcas generado por la covid-19 multiplicó la responsabilidad. El técnico ha arriesgado en esa política de rotaciones que también le ha permitido ser más ambicioso y desarrollar con más frecuencia de la habitual la presión alta. El Atlético se ha mostrado como uno de los equipos físicamente más fuertes. Tras las alarmas que se encendieron en la dirigencia por el empate en Bilbao, ese paso adelante dado en Pamplona le permitió anular los dinámicos despliegues de Osasuna, dominar al Valladolid y anular el poderío del Levante como local.


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