El fútbol son rachas. Tanto en el césped como en la enfermería. Y la que está atravesando el Real
Madrid durante estas semanas respecto a las lesiones es, cuanto menos, delicada. Sobre todo en el centro del campo, donde Zidane está al borde de la inanición con las bajas de Casemiro (Covid-19) y Fede
Valverde (fisura en la espina tibial derecha).
El galo, abonado últimamente tanto al brasileño como al uruguayo, se ve ahora en una situación límite en la que deberá diseñar un centro del campo con asteriscos y deseando que, a la vuelta del parón, los jugadores que ahora tiene sanos y ‘desperdigados’ por el continente, se reencuentren en Valdebebas con el cartel de ‘disponibles’ bajo el brazo. Sobre todo Luka
Modric y Toni
Kroos. Ellos son los pilares más reconocibles de una pizarra en la que deben aparecer Isco y Odegaard por obligación más que por deseo.
Pizarra desconocida
La incógnita pues reside en la táctica en la que puede inspirarse Zidane para congeniar a futbolistas dotados de mucha calidad pero de poco músculo. Al entrenador merengue siempre le ha gustado la idea de jugar con alguien poderoso físicamente en el centro del campo. De ahí la importancia que tiene la figura de Casemiro en su planes o la ‘obsesión’ ya rebajada por Pogba durante veranos pasados.
Por tanto, ahora se encuentra con la imposibilidad de hacerlo y de tener que dar ese papel a futbolistas que no lo encarnan. El más cercano es Toni
Kroos, que ya ha actuado alguna vez como pivote.
Una mirada a la cantera
Otra de las soluciones que tiene Zidane y que parece ser las más acertada según los tiempos que corren es la de ‘tirar’ de la cantera. Fácil, barato y nunca falto de predisposición. De hecho, el entrenador ya ha demostrado que no se le caen los anillos y, con las lesiones en defensa ha llamado a jugadores como Victor
Chust, Sergio
Santos o Lucas
Cañizares y hasta ha hecho debutar a Marvin o Arribas con el primer equipo. Por tanto, es ahí donde aparece la figura de Antonio
Blanco, jugador del Castilla de Raúl e integrante del Real Madrid campeón de la UEFA Youth League el pasado verano que podría ser la solución. El cordobés, al que aún le falta un tiempo de cocción (20 años) encarna el perfil del que adolece Zidane y no sería ninguna sorpresa verle en el próximo duelo ante el Villarreal.