El Chimy Ávila, un regalo para Osasuna


Ezequiel Ávila ha caído de pie en Osasuna. El combativo delantero de Rosario (Argentina) de 25 años acumula 8 tantos este curso y, con sus dos golazos a la Real Sociedad en la última jornada, ya se ha encaramado a la cuarta posición en el ránking de goleadores. Está empatado con Ángel (Getafe), Loren (Betis), Roger (Levante), Gerard (Villarreal) y Lucas Pérez (Alavés) y solo le superan los todopoderosos Messi (13), Benzema (12) y Luis Suárez (10).



El jugador rosarino, famoso también por su carácter volcánico tanto fuera como dentro del terreno de juego, ha encontrado en El Sadar el ecosistema idóneo para desarrollar sus virtudes: pelea incansable, cuerpo a cuerpo con los zagueros y desmarques de ruptura para aprovechar su velocidad y capacidad de definición en el uno contra uno.

Su comunión con la grada le ha convertido en uno de los ídolos indiscutibles de la afición rojilla en apenas 5 meses y ya es por méritos propios una pieza esencial en los planes de Jagoba Arrasate. El punta ha sido titular en 15 de las 18 jornadas disputadas, solo ha sido sustituido tres veces y ha sido suplente en dos ocasiones. Solo se ha perdido un partido, por acumulación de tarjetas en la jornada 13 en Getafe.

Miembro de una familia de 10 hermanos y criado en un entorno precario y conflictivo en un barrio humilde de Rosario, el Chimy Ávila empezó a hacerse un nombre en el fútbol español cuando, procedente de San Lorenzo de Almagro, recaló como cedido en el Huesca (2017) que lograría el primer ascenso a Primera de su historia. Años antes, en 2010, viajó a Barcelona para probar suerte en las categorías inferiores del Espanyol pero no pudo destacar y tras unos meses regresó a Argentina.

Osasuna aprovechó el regreso del Huesca a la categoría de plata para pescar en aguas revueltas y firmar a Ávila por 2,7 millones de euros que ahora parecen una ganga.

Muy cotizado

El gran rendimiento de Ávila ha despertado el interés de clubes como Sevilla y Atlético. El verano, el Espanyol tanteó su fichaje pero terminó descartándolo. Mientras tanto, Osasuna se remite a los 25 millones de euros de su cláusula de rescisión


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