Giovanni Simeone rubricó ayer el tercer gol en la contundente victoria del Nápoles sobre el Liverpool (4-1), su primer tanto en ‘Champions’. Y si para un futbolista ya es memorable estrenarse en este torneo continental, para un argentino hacerlo en el estadio Diego Armando Maradona significa aún más. El ‘Cholito’ no pudo contener las lágrimas en su celebración y se besó la muñeca en la que tiene un tatuaje con mucha historia.
“Tenía 13 años cuando me hice mi primer tatuaje. En realidad no te puedes tatuar antes de los 18 años, pero era un gran fanático de la ‘Champions League’. Entonces me hice el logo a esa edad”, desveló tiempo atrás el futbolista.
Su padre, Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, no aprobó la decisión de su hijo de tatuarse a tan temprana edad. Pero al ‘Cholito‘ no le importó. Sabía que algún día jugaría la ‘Champions‘ y que marcaría.
Comenzó entonces su periplo futbolístico. Tres temporadas en River y dos en Banfield bastaron para dar el salto a Europa, directamente a Italia, donde lleva desde 2016. Estuvo una temporada en el Génova, dos en la ‘Fiore‘ y tres en el Cagliari antes de hacerse un nombre entre los grandes goleadores de la Serie A en el Hellas Verona, donde, en calidad de cedido, rubricó 17 tantos.
Siendo protagonista indiscutible en Verona, el Nápoles llamó a su puerta ofreciéndole dar el salto a un grande de Italia. Era la oportunidad perfecta para seguir creciendo y, además, hacerlo de la mano de una ciudad con tanto en común con Argentina, rodeada por la mística del ‘Diego‘, considerado un dios en la ciudad partenopea. Oferta irrechazable, no se lo pensó el ariete argentino. Iba a participar en la ‘Champions‘ en un equipo histórico bajo la mirada de Maradona. No podía pedir mucho más.
Algo más de trece años después de hacerse el tatuaje llegó el día más esperado de Gio Simeone: su debut en Liga de Campeones. Empezó desde el banquillo, como está siendo habitual desde el inicio de campaña, pero Osihmen llegó muy justo al choque, estaba tocado y solo pudo aguantar 40 minutos dando guerra a Van Dijk y Joe Gómez.
Raspadori partía con ventaja para ser el sustituto del nigeriano, pero Spalletti escogió al ‘Cholito‘, le mandó a calentar y un minuto más tarde estaba preparado para pisar en verde del Diego Armando Maradona en Liga de Campeones ante el subcampeón de Europa. Casi nada.
Tres minutos fueron suficientes para el argentino. Entró en el minuto 41 y en el 43 ya le cogió la espalda a Van Dijk y remachó el pase de Kvaratskhelia al fondo de la red. Estalló Nápoles, era una fiesta, todos sonreían. Todos menos el ‘Cholito‘, que se dejó caer llorando, emocionado, al ver cómo había hecho realidad su sueño de niño.
PENDIENTE DEL ATLÉTICO
Finalizado el encuentro, Simeone atendió a los medios de comunicación y recordó la historia. Ya era una noche perfecta para él, pero mientras hablaba pusieron en el video marcador el final del partido entre el Atlético de Madrid y el Porto, justo en el momento en el que Griezmann dio la victoria a los rojiblancos y Simeone padre se pegaba una carrera para celebrarlo con sus jugadores.
No podía creerlo Gio. Más alegría para una noche que jamás olvidará. Una noche en la que cumplió el sueño que tenía cuando se tatuó el logo de la ‘Champions‘ con 13 años.