El conmovedor adiós de los Heat al mito Udonis Haslem: piel de gallina

El conmovedor adiós de los Heat al mito Udonis Haslem: piel de gallina

Miami homenajeó ayer a Miami. Los Heat homenajearon a los Heat. Porque Udonis Haslem, nacido hace 42 años en la ciudad de Florida y 20 en la NBA, hombre de una sola franquicia, es lo que es, el más puro y profundo y sentimiento de pertenencia a Miami, de pertenencia, a los Heat, toda su vida ahí. 

Y aunque parece que ya no esté para muchos trotes, más sabio consejero ya que jugador –sólo 7 partidos jugados esta campaña, tras la cual se retirará-, el ‘viejo’ se cascó su mejor actuación en 15 años en su último encuentro de temporada regular contra los Magic, 123-110 para Miami: 24 puntos con un 9/17 en tiros de campo y un 3/7 en triples, 3 rebotes y 1 tapón. Hasta pegando saltos para alley oops.

Pelos blancos en la barba pero bien rajado su torso, marcando los 6 abdominales a sus más de 40 ‘palos’. Lo que ahora llaman un ‘viejoven’. Pero a la inversa, un viejo con alma y cuerpo de joven. “Mucha gente se ha sacrificado por mí y esto es para ellos. Este es su día tanto como el mío”, destacaba un emocionado Haslem. “Esta historia de amor que he tenido con esta organización y esta ciudad en los últimos 20 años va a seguir creciendo”, dijo el ala-pívot, que firmó con los Heat en 2003 tras no ser seleccionado en el draft de 2002.

Porque a veces las más bonitas historias son las que tienen inicios diferentes, ese chico no drafteado se acabó convirtiendo en la definición de la esencia de una ciudad y una organización, besando el éxtasis con el anillo de 2006 en esos Heat de Shaquille O’Neal y Dwyane Wade, en los anillos de 2012 y 2013 de esos despampanantes Heat de LeBron, también Wade y Chris Bosh.

En todos los casos, por supuesto, también los Heat de Udonis Haslem, que recibió todos los honores más especiales y todavía los que vendrán. No sólo la colosal ovación al ser sustituido en el último minuto o el vídeo de tributo con parlamentos de LeBron, Shaq o Wade, también ese silla mecedora que le llevó a la pista Bam Adebayo. O el momento en el que el mismo Wade se puso el reverso de la camiseta de Miami por delante para que todos vieran su apellido. Que el mundo se entere de lo que ha hecho y deja, quiénes son Miami y sus Heat.

“Fuera titular, fuera el primer jugador del banquillo o no jugara nada, vosotros chicos siempre me habéis apoyado y mostrado amor. Para mí, eso no tiene precio. Es hermoso. Y por eso todo fue tan fácil, sacrificarlo todo”, destacó en declaraciones recogidas por la ESPN el ala-pívot, que oficialmente se retirará una vez termine la postemporada el conjunto de Florida, que debe ganar este martes en casa ante los Atlanta Hawks para meterse en playoffs. En caso de perder, los Heat tendrían una segunda oportunidad ante los Raptors o los Bulls.

Haslem, una forma física impresionante a sus 42 años

Lynne Sladky / LaPresse

“Voy a echar de menos su espíritu”, lamentó el entrenador de Miami, Erik Spoelstra. “Nunca tiene días malos. Es puro. ¿Cómo puedo ayudar a alguien? ¿Cómo puedo ayudar como mentor? ¿Cómo puedo ayudar como mentor? Así es su mentalidad”, agregó un triste Spoelstra sobre un Haslem que, en principio, seguirá ligado a la franquicia aunque no sea en un rol de vestuario.

Pero, 20 años, 879 partidos y 3 anillos después, resulta que Udonis Haslem no lo había contado todavía todo. Durante todo este tiempo, ha tenido tanto a sus queridos como a sus enemigos engañados: resulta que era un buen triplista.

El ala-pívot clavó 3 triples contra los Magic cuando sólo había metido 6 en toda su carrera. Conclusión: pese a que cada vez más reducido su rol, no ha dejado de trabajar en su juego. Eso que llaman en la NBA de “estar siempre listo para salir cuando sea” honrado al máximo. 

“53% en tiros de campo y 3 triples. No está mal para alguien de 42 años, ¿no?”, bromeaba, irónico, el ala-pívot en las redes. Pero Udonis Haslem puede que tenga algo más que decir, pues no se ha acabado todavía la temporada de unos Heat que el año pasado llegaron a las Finales de Conferencia. El abuelo, mejor dicho ‘viejoven’, dice que no, que todavía no se ha acabado. Todavía un poco más.




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