El coronavirus pone del revés el mercado estival del basket europeo


La pandemia del coronavirus ha supuesto un torpedo en la línea de flotación del basket profesional y en especial de los clubs de Euroliga, cuya competición ha sido cancelada a diferencia de la NBA o la Liga Endesa. Algunos equipos de la máxima competición continental intuyen un impacto económico de un 30 o 40% de desviación respecto a sus presupuestos y a ello hay que unir la inusual situación a la que se enfrentan este verano, con un mercado alterado por completo a causa de las implicaciones de esta crisis.

Rediseñar las plantillas se ha convertido en una tarea más complicada que nunca pues se han alterado las reglas del juego y los tiempos en lo que respecta a la contratación de jugadores. El principal problema para los clubs es saber de qué presupuesto disponen, pues a estas alturas aún es muy difícil concretar el impacto económico del coronavirus. Sufrirán más los que generan directamente la mayor parte de sus ingresos a través de sus taquillas, como el Maccabi o el Zalgiris, y podrán sufrir menos los que se encuentran bajo el paraguas de un mecenas o un club de fútbol. Todos, sin embargo, se enfrentan a un mismo problema: el mercado es hoy una incógnita. Si baja la cifra de negocio lo lógico es que bajen los precios de los jugadores. ¿Es, pues, mejor esperar para que bajen los precios? ¿O eso puede hacerte perder el fichaje que ansías?

El acuerdo Euroliga-ELPA permite a los clubs pagar sus deudas hasta el 15 de agosto, lo que alterará el mercado

Otro factor de distorsión es el acuerdo alcanzado entre la Euroliga y la asociación de jugadores de la competición (la ELPA), por el cual los jugadores deben recibir –salvo pacto más favorable con su club- el 80% de su salario anual a pesar de que se haya cancelado la competición. En dicho acuerdo se estipula que los equipos tendrán de tiempo hasta el 15 de agosto para pagar esta cantidad u otras deudas que tengan con sus jugadores. Este límite tan tardío otorga un importante poder a los equipos deudores, que pueden utilizar la situación para renegociar condiciones aprovechando el miedo de los jugadores a llegar tarde al mercado y perder posibles ofertas. Un caso claro es el del Fenerbahçe, que adeuda varios meses a sus jugadores extranjeros. Vesely, Sloukas, Datome o De Colo tienen compromisos en vigor pero todos podrían ser invitados a marcharse si no aceptan renegociar sus contratos. La baza del equipo turco es que tiene tiempo hasta el 15 de agosto y estas estrellas pueden perder mercado si su libertad llega tan tarde. Desde el punto de vista de sus pretendientes, la espera es igualmente problemática pues puede hacerles perder otras alternativas.

Una alteración de los tiempos todavía más importante es el retraso de la temporada NBA, que no acabará hasta el 12 de octubre y no celebrará su ceremonia del draft hasta tres días después. Ello supone el estrangulamiento del tráfico de jugadores entre Estados Unidos y Europa o en sentido contrario, lo que tendrá un efecto decisivo en el mercado europeo de este verano. La Euroliga ya ha avanzado que podría retrasar el límite para fichajes la próxima temporada. “Lo discutiremos en las próximas semanas, todos sabemos que le mercado global de jugadores será diferente este verano”, explicaba hace unos días su número dos, Ed Scott. El cambio de fechas de la NBA también tendrá una influencia directa en los jugadores de Euroliga con cláusulas de salida NBA en sus contratos pues estas suelen vencer en julio y en este 2020 la mayoría de franquicias no acabarán temporada hasta mucho más tarde. Por otro lado, la desaparición de las ‘summer league’ de Estados Unidos hasta 2021 hará que muchos equipos (la mayoría salvo los grandes) pierdan una de sus principales ventanas en la búsqueda de jugadores.

El retraso de la NBA supondrá el estrangulamiento del tráfico de jugadores entre Estados Unidos y Europa, o viceversa

La última disrupción del mercado europeo de jugadores es la que provoca que la mayoría de ligas nacionales hayan acabado, lo que facilita el trabajo de los directores deportivos de sus equipos, y todavía no lo hayan hecho las de Alemania (finalizará el 28 de junio), España (30 de junio) e Israel (finales de julio), que deben esperar o moverse ‘en la sombra’ para no influir negativamente en el ánimo de los jugadores que deben pelear ahora por los títulos.


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