Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), envió una carta el pasado 1 de octubre a Salvador Illa, entonces ministro de Sanidad, pidiéndole que tuviera en cuenta a los olímpicos y paralímpicos de los Juegos de Tokio como “grupo prioritario” en la primera fase de la vacuna. Apuntaba que era un “grupo reducido” que no superaría los 1.000. “Existen razones de salud pública que justifican dar prioridad a este grupo de deportistas. Consideramos que son un potencial vector de transmisión del virus en la medida de que por su propio trabajo tienen una gran movilidad tanto a nivel nacional como internacional y, dependiendo del deporte, es muy difícil evitar el contacto, incluso el contacto estrecho. Por otro lado, también estaríamos enviando una señal muy potente al mundo a nivel reputacional para asociar el concepto de deporte seguro a España”, se lee en la carta.
La presidenta del CSD y el exministro se reunieron a principios de diciembre. La vacuna de Pfizer acababa de ser autorizada. La conclusión a la que se llegó, según informa Carlos Cue, fue la promesa de Illa de estudiar la propuesta, pero siempre en función de la disponibilidad de las vacunas al final del segundo trimestre (mayo-junio) y nunca alterando el plan de vacunación previsto. En ningún momento nadie se planteó dar prioridad a los atletas.
“El planteamiento que hicimos a Illa era con la confianza de que la vacunación adquirirá mucha más velocidad a partir del segundo trimestre, con tiempo más que suficiente para que nuestros deportistas olímpicos y paralímpicos acudan inmunizados a Tokio [los Juegos empiezan el 23 de julio], y siempre desde el máximo apoyo a que en primer lugar hay que vacunar a los grupos prioritarios designados por el Ministerio de Sanidad. Numerosos deportistas, y así nos lo han hecho saber en privado, entienden que primero van los mayores y vulnerables y los sanitarios. Nuestro planteamiento, además, está sujeto a lo que determine el gabinete que comanda la ministra Carolina Darias”, explica Irene Lozano.
Con respecto a diciembre, fecha de la reunión que mantuvo con Illa, el panorama ha cambiado. Empezando por la persona que ocupa el Ministerio de Sanidad. Illa ha dejado su sitio a Darias que, nada más aterrizar, se ha encontrado con el enredo de AstraZeneca. La vacuna, la tercera en aprobarse, no se inyectará a los mayores de 55 años. En los ensayos clínicos del medicamento no había una muestra suficientemente grande de mayores de 65 como para arrojar un resultado concluyente sobre su efectividad en este grupo, por lo que su equipo revisará a partir de la semana que viene el plan de vacunación para priorizar otros grupos vulnerables o de trabajadores esenciales. España ha recibido hasta ahora 2.218.755 de dosis y ha vacunado a 1.764.778 personas: 2.710 por 100.000 habitantes según datos de este periódico actualizados el pasado día 3.
“De momento no está contemplada la vacunación de este grupo [deportistas olímpicos] dada la limitada disponibilidad de vacunas que destinamos en la etapa actual a aquellos colectivos prioritarios por su riesgo de padecer enfermedad grave como ocurre con las personas mayores en residencias o grandes dependientes, mayores de 80 años… por el riesgo de exposición o transmisión como ocurre con los profesionales sanitarios”, explica un portavoz autorizado del ministerio de Sanidad.
El COI (Comité Olímpico Internacional) ha declarado ya que no exigirá que los deportistas se vacunen; el gobierno japonés, lo mismo. “Dicho esto, por respeto a los deportistas de todo el mundo y por el pueblo japonés, la gente debería vacunarse, pero en ningún caso por obligatoriedad”, sostiene Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE). Y añade: “Yo he hablado con José Manuel Uribes [ministro de Cultura y Deportes] para que en el momento oportuno se vacunen los deportistas. Este no es el momento de pedir una excepción, máxime cuando aún faltan muchísimos deportistas por clasificarse [ahora hay 204]”. El máximo dirigente del COE se muestra “convencido de que en el momento oportuno se hará”. “Tenemos tiempo, las cosas se harán con sentido común, sin generar alarma ni cabreo. Está hablado con el ministro, pero es una decisión que tienen que tomar el Gobierno y Sanidad”, zanja Blanco.
Hungría ha empezado a vacunar a sus olímpicos
Hungría comenzó la semana pasada a suministrar dosis a los que compitan en Tokio este verano y también a los que empezarán el proceso clasificatorio para los Juegos de Invierno de 2022. El Comité Olímpico Húngaro pidió al gobierno que autorizara la vacunación urgente para este grupo, formado por 868 atletas. Hungría, que tiene 498 medallas olímpicas y una población de 9.769.000 ha vacunado a 334.130 personas; 2.580 por 100.000 habitantes.
Hugh Robertson, presidente del Comité Olímpico de Reino Unido, se sitúa en la otra punta de su homólogo húngaro. Declaró hace poco que no pedirá al gobierno prioridad para los deportistas. “Sería completamente incorrecto desde el punto de vista moral buscar que los olímpicos, personas en perfecto estado, se salten la espera mientras los clínicamente vulnerables y los que están en primera línea aguardan sus vacunas”, dijo. Reino Unido, que atesora 883 metales en los Juegos y tiene una población de 67 millones, ha sido duramente golpeado por la tercera ola, en la que ha llegado a registrar más de 1.500 fallecidos diarios. Ha vacunado ya a 10.520.433 personas; 14.760 cada 100.000 habitantes.
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