El debate del género entra en la campaña demócrata en un pulso entre Elizabeth Warren y Bernie Sanders



Uno de los momentos más comentados del último debate presidencial demócrata, antes de que arranque el proceso de primarias en Iowa, lo protagonizó la agresiva polémica entre Elizabeth Warren y Bernie Sanders sobre si una mujer puede derrotar a Donald Trump en las elecciones de noviembre. La senadora por Massachusetts confirmó públicamente este martes por la noche que su competidor más cercano en las encuestas le dijo en una reunión privada en 2018 que no creía que una mujer pudiese ganar las presidenciales de noviembre. “Yo le respondí que no estaba de acuerdo”, sostuvo Warren. Por su parte, el senador por Vermont reiteró que nunca había dicho tal cosa, dejando en evidencia que uno de los dos precandidatos del ala más radical del Partido Demócrata está faltando a la verdad sobre el asunto.
“¿Puede una mujer vencer a Donald Trump? Mire a los hombres en este escenario. Colectivamente, han perdido diez elecciones. Las únicas personas en este escenario que han ganado todas las elecciones en las que han estado son las mujeres. Amy (Klobuchar) y yo”, afirmó la senadora por Massachusetts entre aplausos del público del debate organizado por el diario The Des Moines Register y la CNN en Des Moines, Iowa. Sanders aclaró que si una de las mujeres presentes en el escenario ganaba la candidatura demócrata “haría todo lo posible” para que sea electa presidenta de Estados Unidos.

La CNN publicó en la mañana de este lunes los dichos de Sanders en una reunión privada que sostuvieron ambos senadores en 2018 antes de lanzar formalmente sus respectivas candidaturas. Warren confirmó la publicación durante la noche a través de un comunicado. “Entre los temas que surgieron fue qué sucedería si los demócratas nominaran a una candidata mujer. Yo pensé que una mujer podría ganar; él no estuvo de acuerdo”, escribió la precandidata presidencial que se pelea el segundo puesto con Sanders en la mayoría de las encuestas demócratas.
Antes de que Warren lanzara la bomba en la víspera del debate de Iowa, un Estado clave en la carrera por la candidatura demócrata, Sanders había negado rotundamente la información: “Es triste que semanas antes del caucus de Iowa y un año después de esa conversación privada, el personal que ni estaba en la habitación esté mintiendo sobre lo que sucedió”. Los asesores del senador por Vermont dijeron que la polémica fue una “jugada desesperada” de Warren, que ha mostrado un retroceso en los últimos sondeos frente a un robustecimiento de Sanders, particularmente en Iowa.
El séptimo debate demócrata contó solo con seis aspirantes demócratas, todos blancos: Warren, Sanders, el exvicepresidente y favorito en las encuestas Joe Biden, el alcalde de South Bend Pete Buttigieg, la senadora por Minnesota y el filántropo Tom Steyer. De la veintena de precandidatos que llegaron a estar en la carrera, solo quedan 14. Con las recientes salidas del senador afroamericano Cory Booker y la del exsecretario de Vivienda, el latino Julián Castro, la lista de precandidatos demócratas es cada vez menos diversa, una de las características con que había arrancado hace casi un año atrás.
La cita en Iowa se dio en la víspera de la votación en el Senado sobre el proceso de destitución al presidente Donald Trump. Tres de los candidatos presentes en el debate deberán hacer un paréntesis en su campaña para asistir al Congreso a dar su voto. “Es mi responsabilidad estar en el juicio político”, sostuvo Warren. La política exterior del republicano fue protagonista del arranque del debate, después de que los primeros días de enero fueron testigos de la mayor escalada entre Estados Unidos e Irán en décadas tras el asesinato del general Qasem Soleimani, comandante de la fuerza de élite Al Quds de la guardia iraní.
Los precandidatos criticaron que Trump haya ordenado el ataque en Irán sin autorización, pero no profundizaron en sus posturas frente al tema. La discusión derivó en restablecer el acuerdo nuclear con Irán, defendido principalmente por Biden, quien fue parte de la negociación durante la era Obama, y si dejar o no las tropas militares estadounidenses en Oriente Próximo. En este punto Warren y Sanders volvieron a acercar sus posturas al proponer que ordenarían que todos los soldados regresen a casa, mientras que los moderados Biden, Klobuchar y Buttigieg dejarían solo algunas.


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