el desamparo de sus padres antes del estreno en Netflix

El próximo 3 de agosto podrán encender sus pantallas, abrir Netflix y sentarse para degustar los 3 episodios que componen Las últimas horas de Mario Biondo. Ese es el título que el gigante de streaming ha elegido para parir el primer formato audiovisual sobre la extraña muerte del cámara italiano. Su caso sigue sin resolverse más de una década después de su turbio fallecimiento, pero la justicia española ha vuelto a entrar en acción y la esperanza en encontrar la salida de este laberinto críptico parece estar cada vez más cerca.

Quedan apenas 9 días para que estalle la bomba. La audiencia va a poder ver de primera mano cómo fueron las últimas horas con vida del marido de Raquel Sánchez Silva -a menudo parte importante de esta truculenta historia- antes de su violenta y dramática muerte.

Hay que recordar que Biondo fue encontrado en su casa de Madrid, pero en extrañas circunstancias y sin signos aparentes de violencia. Las autoridades judiciales de nuestro país sobreseyeron pronto la causa (quizá demasiado según los expertos en el caso), algo que motivó que sus padres, Santina Pippo, iniciaran una incansable lucha para demostrar que su hijo fue asesinado y que no se había suicidado, tal y como concluyó la Justicia.

Es justo ahí donde empiezan los antecedentes de un oscuro caso que a día de hoy no ha arrojado luz. Esta historia que ahora llega al streaming ya fue noticia en su día en todos los medios de comunicación. La condición de que la viuda era una de las presentadoras patrias más famosas (Raquel) funcionó como agregado para aumentar el impacto mediático. Sus padres nunca vieron indicios de que su hijo se hubiera quitado la vida y señalaban a la periodista como conocedora de otra parte de la verdad.

Raquel Sánchez Silva siempre ha estado en el disparadero de esta peliaguda historia plagada de anomalías. La madre de Mario Biondo no ha dudado en condenar su comportamiento tras la muerte de su hijo: «Raquel, una viuda que desapareció justo después del funeral, que se opuso e impidió que abrieran una causa en España en 2016, que mintió durante las comisiones rogatorias internacionales, la mujer con la que se casó mi hijo y que no movió un dedo para saber la verdad…», dijo Santina recientemente.

Raquel Sánchez Silva en el funeral de Mario Biondo / Gtres

Raquel Sánchez Silva en el funeral de Mario Biondo, junto a Santina / Gtres

El cronómetro se ha puesto en marcha y empieza la cuenta atrás para que el espectador deguste una docuserie no exenta de polémica. Mientras Raquel Sánchez Silva disfruta de su éxito como presentadora de Falso amor, que curiosamente comparte plataforma con el Caso Biondo, hay una importante novedad que en esta ocasión ha bloqueado los ánimos de los progenitores del cámara fallecido.

Santina y Pippo Biondo ya no pueden más. Apenas tienen capacidad de reacción frente a un estreno que han intentado paralizar, debido a las anomalías que ya nos contaba en exclusiva Óscar Tarruella, prestigioso investigador y perfilador criminal especializado en muertes violentas. Finalmente, sus testimonios aparecen en un teaser (lo puedes ver más arriba) que ya en su día les generó muchísimas suspicacias. Este documental está realizado por Guillermo Gómez, el que fuera mánager de Raquel en el momento de la muerte de Mario.

Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo en Formentera / Gtres

Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo en Formentera / Gtres

Al filtrarse esta noticia, Tarruella y otros investigadores, que previamente habían dado su consentimiento para ser filmados y participar en el documental, mandaron un burofax  a Netflix pidiendo no aparecer y, a juzgar por el adelanto emitido, se les ha respetado, algo que no ha sucedido con los padres de Mario Biondo. No obstante, habrá que esperar a la visualización de los tres episodios para comprobarlo ya que, hace unos días, este digital contactó con ellos para confirmar que no habían recibido respuesta por parte de la productora encargada de la docuserie.

El último varapalo judicial para la familia de Mario Biondo

Santina y Pippo Biondo cargan sobre sus espaldas el peso que supone un enorme desgaste tras más de una década luchando por esclarecer la verdad. Las últimas noticias sobre el caso apuntaban a ser positivas para ellos. Tres autopsias, dos exhumaciones y un sinfín de informes judiciales después, la Justicia española decidió volver a estudiar el caso.

El pasado mes de mayo, un juzgado de instrucción de la Comunidad de Madrid recibió una serie de documentos que podrían estar relacionados directa o indirectamente con la muerte de Mario Biondo y que afectarían de momento a dos personas, sin descartar que se presenten cargos hacia dos o tres personas más, en España, lo que llevaría a la apertura de diligencias previas. Un golpe de timón que se convertía en agua en el desierto para los Biondo.

Pippo y Santina, padres de Mario Biondo / Gtres

Pippo y Santina, en una manifestación por Mario Biondo / Gtres

Como la alegría rara vez es completa, los padres de Mario Biondo se han dado de bruces con un nuevo portazo. Los funcionarios de Justicia siguen con sus protestas en forma de huelgas. La renovación del Consejo General del Poder Judicial sigue bloqueada tras 5 años de tensiones y conflictos que no hace otra cosa que demorar todos los procesos.

Este digital ha podido saber que Santina y Pippo están «impacientes por conocer la verdad». Eran desconocedores de la huelga en los juzgados españoles por lo que hace unas semanas tuvieron una reunión por videollamada con el jefe del bufete de abogados que lleva su defensa. Éste no hizo otra cosa que transmitirle la situación existente así como calma. De hecho, no se descarta que se produzcan parones por parte de magistrados y fiscales.

La investigación sigue adelante y la documentación aportada al juzgado se presenta como «presuntos hechos constitutivos de delito», tal y como nos cuenta Óscar Tarruella. El investigador y expolicía judicial revela que «tienen la obligación de instruir e investigar». Ante este nuevo ecosistema, los progenitores de Mario Biondo han visto frenadas sus esperanzas de resolver la muerte de su hijo ya. Puede que lo consigan, pero no será con prontitud dadas las complicaciones existentes, por lo que les tocará seguir con esta agónica espera.




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