El destino de Córdoba


Ha pasado de ser víctima de algunos murmullos acusatorios de cierta parte de la grada de San Mamés a ser ovacionado en el partido ante el Granada. Ha sentido el afecto y reconocimiento de su entrenador, y a la vez siente en sus carnes que es un futbolista que enfila el camino de los vestuarios con frecuencia. De hecho, ante el Eibar se fue a la ducha en el descanso, lo cual se está convirtiendo en algo ya habitual.



Fue por cuarta vez en la presente temporada. La primera fue ante el Leganés. En Butarque, Muniain cogió su puesto desde el arranque de la segunda parte. La segunda sustitución en el mismo momento fue ante el Levante. Le reemplazaría Ibai Gómez. La tercera llegó con motivo del partido ante el Betis en el Benito Villamarín. Núñez salió en su lugar en la recomposición del equipo que hizo Garitano. Contra el Eibar más de lo mismo -segunda vez consecutiva-. Otra vez fue Ibai el elegido.

En apoyo de Yuri

Lo que está claro es que a su habitual despliegue físico que tanto ayuda a Yuri, se suma la falta de acierto en la toma de decisiones cuando encara al rival, cuando se trata de atacar. Algo tendrá que cautiva a Garitano para que cuente tanto con él en un estilo de juego en el que los laterales tienen que hacer acopio de unos pulmones con mucha capacidad.

El bilbaíno es joven y en cierto modo está desarrollando un papel distinto al que acometía cuando debutó con Ziganda, un poco menos desprovisto -por lo menos aparentemente- del descomunal esfuerzo físico que tiene que hacer en cada partido. Para el recuerdo está, por ejemplo, las buenas sensaciones que ofreció en el encuentro ante el Valencia disputado en Mestalla, donde demostró su capacidad de desborde.

Exigencia

Con 79 partidos a sus espaldas, 65 de ellos en la Liga, Córdoba sigue en proceso de aprendizaje sin que ello suponga pasar por alto sus carencias. Hasta la fecha suma 696 minutos, lo que en cierta medida desmiente la idea que pueden tener algunos aficionados de que juegan “Córdoba y diez más”. El extremo tiene a mucha gente por delante en minutaje, de tal manera que tiene a una decena de compañeros superándole en presencia. Al menos está en el once ideal.

Paciencia

Y es que sus 11 titularidades y una suplencia algo quieren decir. Por lo menos para Garitano, que sigue fiel a su política de proteger el producto propio, como corresponde a la filosofía del Athletic. De todos modos, el extremo debe mejorar, y mucho, en la combinación, a la hora de atacar. Pero, tiempo al tiempo. Paciencia.


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