El dinero no da la permanencia

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La imagen de Rufete, gorra calada, taciturno y repetitivo ante los micrófonos, activo pero también repetitivo en el banquillo, contrasta con la última que dejó Rubi como entrenador del Espanyol. Hace más de un año atrás, el 18 de mayo de 2019, el técnico de Vilassar de Mar era manteado en el césped RCDE Stadium invadido por una multitud que celebraba el regreso a Europa después de 12 años. Este miércoles, en un Camp Nou vacío, Rufete se quedaba solo la noche en la que el Espanyol vuelve a Segunda después de 27 temporadas consecutivas en la élite. Solo tres equipos llevaban más tiempo que el cuadro blanquiazul en Primera. Justamente, los tres que siempre jugaron en la máxima categoría del fútbol español: el Athletic, el Real Madrid y el Barcelona.“Hay que hacer autocrítica porque no conseguimos ningún objetivo y hemos descendido. Hay que tener una mentalidad ganadora. Cuando eres parte de un grupo, eres parte de la responsabilidad. Siempre voy a dar la cara. No he dado toda mi vida”, sostuvo Rufete. El técnico blanquiazul sabía que su momento en el banquillo estaba prácticamente condenado al fracaso. Cogió las riendas del equipo en la jornada 32, con el equipo en la última posición. Lo que no sabía era que, cuatro derrotas después, el descenso se consumaría en el campo del Barcelona. “Por suerte, no va a ver nadie en el campo”, aseguraban en la previa desde el vestuario blanquiazul. No hubo público en el Camp Nou, pero no faltó la ironía. Unos minutos después del gol de Luis Suárez, se lanzaron fuegos artificiales en las inmediaciones del estadio azulgrana. Por supuesto, se percibieron desde el campo. Al Espanyol solo le servía ganar ante el Barcelona para estirar la agonía. No pudo. No le sorprendió. Rufete conversó amablemente con Quique Setién antes del derbi. El técnico del Barcelona ya había estado presente en el último descenso blanquiazul en 1993, en aquella oportunidad el cántabro como jugador del Racing.“La gente puede estar orgullosa de su equipo”Rufete le tenía preparado un plan a Setién. Una telaraña en la medular para intentar contrarrestar al tridente azulgrana, que, con Messi liberado como enganche, se había liberado ante el Villarreal. La estrategia le funcionó. De hecho, el Barça no contó ningún disparo a portería en el primer tiempo. “Estoy muy orgulloso de mis compañeros, hemos tenido infinidad de ocasiones para que el resultado no fuera el que fue. Me quitó el sombrero por mis compañeros”, dijo Javi López. Aunque no le tocara, porque no jugó el derbi, el capitán del Espanyol decidió hablar. “Si voy a caer, lo haré de pie. Y hoy, solamente hoy, la gente puede estar orgullosa de su equipo”, se sumó Rufete.Pero a los blanquiazules se les agotó la gasolina. Sobre todo, cuando en poco menos de cinco minutos desde que los jugadores volvieron del descanso, el derbi se quedó con dos futbolistas menos, uno por cada equipo (los canteranos Ansu Fati y Pol Lozano). No había aprovechado el Espanyol, en cualquier caso, las dos oportunidades que había tenido en la primera mitad. No conviene desperdiciar oportunidades en el Camp Nou, mucho menos el Espanyol que la última vez que ganó en el feudo azulgrana fue en 2009 y solo suma nueve victorias en la casa de su vecino. No sumó la décima y se consumó el descenso.El Espanyol, fundado en 1900, solamente se había caído de Primera en cuatro oportunidades: 1962-1963, 1969-1970, 1989-1990 y la 1993-1994. La campaña que viene, la 2020-2021 será su quinta. El Espanyol es el séptimo en la tabla de puntos históricos en LaLiga (3.578) y es el quinto que más partidos ha disputado (2.736) y está empatado con el Valencia en la cantidad de temporadas en Primera (85). Una estadística en la que ya lo superará el conjunto che el próximo curso.Lo que se vislumbraba una temporada para soñar se convirtió en una pesadilla. Ninguna peor para el Espanyol que perder la categoría en el Camp Nou. “Le pido disculpas a la afición porque todo lo que le estamos haciendo pasar. El vestuario asume toda la responsabilidad. Somos los que jugamos”, aseguró Javi López, después de que hayan pasado cuatro entrenadores y más de 60 millones invertidos en fichajes. “Que todo el mundo lo tenga claro: volveremos más fuertes”, concluyó el capitán blanquiazul.


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