El Ejército expulsa al cabo que lidera la asociación contra los despidos a los 45 años

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El cabo Jenner López, a bordo de un vehículo toro, en la agrupación logística de Zaragoza en 2011.El Boletín Oficial de Defensa (BOD) publicó el pasado jueves la expulsión del Ejército de Tierra del cabo Jenner López Escudero. Hasta ese día, era el presidente de 45sindespidos, una asociación profesional de militares que lucha por la permanencia en las Fuerzas Armadas de quienes deben abandonarlas por cumplir 45 años. Él mismo tenía un contrato de larga duración, que le garantizaba seguir en filas hasta 2024. Sin embargo, ya ha recibido la orden de pasar por la Delegación de Defensa en Madrid a devolver la tarjeta de identificación militar (TIM) y recoger los papeles del paro, a pesar de que la ministra Margarita Robles aún debe resolver el recurso de alzada contra su expulsión.El cabo Jenner ha sido considerado culpable de una falta disciplinaria muy grave, consistente en “la negativa injustificada a someterse a reconocimiento médico a fin de constatar la capacidad psicofísica para prestar servicio”. El instructor del expediente asegura que hasta en dos ocasiones se le notificó por burofax la orden de acudir al hospital Gómez Ulla de Madrid y no se presentó. El cabo alega que solo una vez recibió la citación y que le llegó cuando ya se había pasado la fecha.Aunque la ley exige que exista una “negativa” expresa a someterse al reconocimiento médico, el instructor asegura que esta “se deduce con toda lógica de su falta de presentación en el lugar, día y hora indicados” y de “las pueriles excusas […] que intentó hacer valer en descargo de sus responsabilidades”.Los problemas del cabo Jener empezaron hace dos años cuando intervino, en nombre de su asociación, en un acto público. Aquel discurso le costó 12 días de multa pero, sobre todo, le supuso la pérdida de su destino militar, que ya no volvió a recuperar: alternó una baja psicológica y una suspensión de empleo hasta que se le abrió expediente para echarlo por pérdida de condiciones psicofísicas. Al final, se le ha despedido por la vía disciplinaria, mucho más expeditiva.El expediente disciplinario deja claro que su incomparecencia en el hospital militar no es la única causa de su despido. De hecho, el instructor reconoce que la falta muy grave que se le atribuye podría ser castigada con arresto de hasta 60 días o con suspensión de empleo.Sin embargo, propone la sanción más dura basándose en que ya fue castigado con 12 días de multa y en que tiene otros cuatro procedimientos disciplinarios abiertos, la mayoría por artículos de prensa como presidente de la asociación profesional. El que unos expedientes, que aún no han sido resueltos y podrían archivarse o resolverse a su favor, sean considerados como agravante y prueba de su “actitud clara y reiteradamente antidisciplinaria y desacorde con la más elemental regla moral de la institución militar”, en palabras del instructor, es uno de los puntos más controvertidos de la resolución.Como lo es también que tenga en cuenta las “mediocres” calificaciones que le dan sus jefes más recientes (su rendimiento era, dicen de él, “normal, ni especialmente bueno ni especialmente malo”), unas notas que están previstas para evaluar una prórroga de contrato, un destino o un ascenso, pero no para un despido disciplinario.El expediente asegura que, con su actitud, el cabo López Escudero pretendía “prolongar indefinidamente” su situación de baja, sin hacerla definitiva ni reincorporarse al servicio. El Ejército, sin embargo, solo esperó un día para expulsarlo: la propuesta del instructor está fechada el 22 de junio y la resolución sancionadora, el 23.Se acaba así una carrera militar de un cuarto de siglo que incluye la limpieza del chapapote en 2002 o el despliegue en Bosnia en 2003. Tampoco puede seguir como presidente de 45sindespidos, pues la legislación exige que las asociaciones profesionales sean dirigidas por militares en activo.


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