Elche y Girona empataron a cero este jueves en el primer partido de la eliminatoria final para decidir quién se queda con la plaza que hay libre para LaLiga. En un partido trabado, con poco ritmo y escasas ocasiones, los dos aspirantes al ascenso firmaron las tablas. El desenlace del duelo queda aplazado para el próximo domingo en Girona.El machacado césped del estadio Martinez Valero se convirtió en una prueba visible de la excentricidad de este playoff de ascenso. Estrujado por el calor y por el trajín de tanto trote de partidos, el campo de juego rebosaba parches terrosos. Una pista de saltos para el balón en aquellos ratos, escasos, que Elche y Girona trataron de enlazar más de dos pases seguidos. El pelotazo y el salir por piernas dominaron en el partido de ida de la final por el ascenso. Más miedo a encajar que afán por golpear primero. Y no fue por falta de pólvora sobre el campo. El Girona hizo ostentación de Stuani, 31 goles entre Liga y promoción, y el Elche, sin Jonathas por sanción, se encomendó al olfato del veterano Nino, el máximo goleador histórico de Segunda División, con 195 goles. Suyo fue el remate de cabeza que permitió darle uso a la casilla de las ocasiones de gol en el primer tiempo.El Elche arriesgó poco, más allá de probar suerte con centros de Pere Milla y con los pases filtrados de Ivan Sánchez. Más cauto estuvo el Girona, hasta la media parte. En la caseta, su técnico, Francisco, pidió adelantar la presión y un punto más de intensidad en ataque y, de salida, el equipo catalán se encontró con dos remates seguidos de Ignasi Miquel y con una caída en el área de Stuani que el colegiado no consideró punible. Eran los momentos más efervescentes del Girona y Samu Saiz engatilló desde fuera del área un potente disparo que salió a la derecha de la portería de Edgar Badia. Para el Elche, Pere Milla tuvo una buena ocasión al recoger un centro de Josan, tras una buena jugada por la derecha, pero el remate salió desviado.El partido bajó de ritmo al entrar en los minutos del pánico. El valor de un empate a cero se multiplica cuando el ascenso a Primera queda a la vuelta de la esquina. Será el domingo, en Montilivi.Un 20 de agosto, doce meses después de que arrancara la Liga, la competición avistó, al fin, su desenlace. “Quien nos lo iba a decir hace un año, cuando arrancamos contra el Fuenlabrada”, admitía Pacheta, el entrenador del Elche.La liga de Segunda más larga de la historia ha puesto a prueba la resistencia física y psicológica de los aspirantes al ascenso. En ese sofocante maratón, el Girona y el Elche han alcanzado la recta de meta mostrando solidez y resuello. En el esprint por ganar la posición, dejaron en la cuneta a Almería y Zaragoza, dos huesos duros. “Tenía más lógica pensar que el favorito era el Zaragoza”, reconocía este jueves Delfí Geli, presidente del Girona, para, al instante, matizar el escaso aporte que tienen las etiquetas en estas contiendas. Sabe bien de lo que habla. El equipo catalán ha cargado toda la temporada la vitola de elegido para regresar a Primera. Una fama que, por momentos, fue más un lastre que un acicate para la plantilla. “Nunca he pensado que fuéramos favoritos”, manifestaba Francisco poco antes del pitido inicial. El entrenador andaluz, fichado a toda prisa hace un mes y medio para enderezar el rumbo del equipo, se ha hartado a rechazar hipotéticos ventajismos.El Girona había visitado el Martínez Valero en 13 ocasiones, jamás salió victorioso. Tampoco esta vez, pero el empate le da la oportunidad del desquite el domingo en su estadio. “Estamos ilusionados y con toda la fe de ascender, este equipo va a estar a la altura”, avisa Pacheta, técnico del Elche. De momento, los ilicitanos ya le han colado un gol a domicilio a su rival. Ferran Corominas, exjugador de los dos equipos y nacido en Girona, ha colgado un vídeo en las redes sociales donde se posiciona: “A ver si el año que viene el Elche está en Primera, todos creemos en el Elche”.
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