La derrota sufrida ante el Granada el pasado sábado en el Nuevo Los Cármenes supuso la primera que cosecha Abelardo Fernández en LaLiga desde que se hizo cargo del Espanyol. Pero a pesar de la misma, y de que el calendario no ha sido precisamente sencillo desde que llegó a Cornellà-El Prat en sustitución de Pablo Machín, los números del técnico asturiano no son de descenso aunque no hayan valido para abandonar el farolillo rojo.
Tras enfrentarse a Barça, Villarreal, Athletic y Granada, Abelardo ha logrado 5 puntos, con los que en una hipotética liga de estas cuatro jornadas ni mucho menos estaría en el pozo de la tabla a pesar de lo complicado del calendario. Es más, a pesar de que continúa siendo el último de la tabla el Espanyol ha logrado en este tiempo recortarle 2 puntos a Celta y Mallorca, rivales directos en la angustiosa lucha por la permanencia.
Precisamente el conjunto bermellón es el siguiente rival de un Espanyol que, esta vez sí que sí, tiene una gran final por delante. Será el próximo domingo (12.00 horas), en un RCDE Stadium en el que el cuadro blanquiazul todavía no ha ganado en esta Liga a pesar de haber disputado 11 partidos ya. Si lo hace, cazará al Mallorca en la clasificación.
Mejoría en la parcela ofensiva
Más allá de puntos y de la clasificación, el Espanyol ha experimentado una notable mejoría de la mano de Abelardo. Con su práctico 4-4-2 el técnico asturiano ha logrado que el equipo sepa a lo que juega y muestre competitividad en todos los partidos. Buen ejemplo de ello es lo que sucedió en Los Cármenes, con el Espanyol mostrándose ostensiblemente superior al rival en la segunda mitad a pesar de que el resultado final no beneficiase a sus intereses.
El cuadro blanquiazul protagonizó ante el Granada un total de 22 disparos, y a pesar de que el único gol llegó desde el punto de penalti y transformado por Raúl De Tomás, el Espanyol encadenó su cuarto partido consecutivo viendo puerta en esta Liga, un hecho que no había sucedido hasta ahora en lo que va de campeonato.
El lastre pesa en demasía y al Espanyol (si lo hace) le costará un mundo lograr la permanencia, pero no cabe duda en cuanto a que de la mano de Abelardo el espanyolismo tiene motivos para creer. Eso sí, ante el Mallorca el margen de error no existe y cosechar una nueva derrota sin duda que pesaría como una losa hundiendo las esperanzas de una afición que no quiere ver un descenso de los suyos.
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