El Espanyol se da una estocada de muerte y da oxígeno al Leganés

El Espanyol cayó este domingo ante el Leganés en un partido vergonzoso, de lo peor visto en el RCDE Stadium, y firmó su condena para Segunda. No es matemático el descenso, pero como si lo fuese por el triste espectáculo visto. Y para colmo de males tiene muchos números que se certifique en el derbi del miércoles en el Camp Nou, si no ganan los pericos al Barcelona.



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El Espanyol demostró por qué es el peor equipo de LaLiga, a 11 puntos de la salvación y sin dar sensaciones de acabar al menos, con la cabeza alta. Un gol de Silva hundió al Espanyol en el farolillo rojo de la tabla, una posición en la que muy posiblemente acabará la Liga, tras un partido vergonzoso de los de Rufete, un calvario, una agonía muy triste.



El Espanyol acabó con diez hombres por la expulsión de Calleri en el 88’, una doble amarilla por protestar. Un lance esperpéntico que dibuja a la perfección el pésimo partido catalán de un equipo sin alma, sin tensión, sin fútbol. Horripilante.

El Leganés, por su parte, se inyectó algo de oxígeno y confianza en la cola para afrontar este tramo final del torneo, apurando sus remotas opciones de salvación.

Espanyol y Leganés protagonizaron unos primeros 45 minutos soporíferos, sin ritmo, intensidad, ni fútbol.

Desde el primer instante se vio que el partido entre dos de los condenados a bajar a Segunda División de este año, entraría en los anales de los duelo más soporíferos de la historia. Ritmo muy bajo, exceso de centrocampismo y fútbol horizontal, falta de tensión, o lo que es lo mismo, parecía un encuentro de pretemporada.

El primer y único remate medio claro entre los tres palos se dio en el minuto 22, un cabezazo mordido de Rodrigues que no inquietó a Diego López, muy tranquilo.Como también lo estuvo el meta del Leganés pues los de Rufete no remataron ni entre los tres palos. Y la única ocasión con algo de peligro llegó en el 45’, tras un buen centro de Embarba que Wu Lei envió de cabeza a las nubes. Horrible.

El único incidente de la primera parte lo protagonizó De Tomás. Quedó tendido en el minuto 38, tras haber recibido un par de tarascadas y medio ‘groggy’, parecía que no podía continuar, bien por sus problemas en la rodilla o tocado por el calor reinante. Se rehizo y pudo llegar al descanso.

Nada cambió en la reanudación, pues ninguno de los dos técnicos movió el banquillo. Pero la falta de ritmo y de tensión ‘mató’ primero al Espanyol, merecidamente.

En el 52’, tras una jugada en la que quedaron vilmente retratados primero Embarba y luego Javi López, Jonathan Silva recibió solo y sin oposición, fusiló a Diego López, poniendo el 0-1. Vergonzoso.


El gol hundió aún más si cabe, a un Espanyol desquiciado. De Tomás, una sombra, replicó con un disparo de falta en el 55’, que se atisbaba peligroso pero que acabó en nada pues Cuéllar lo atajó bien.

Rufete movió ficha en pos de una reacción que parecía imposible, visto el espectáculo. Dio entrada a Vargas y Calleri, por Pedrosa y Wu Lei. Y el Espanyol jugó a partir de ese momento sin lateral zurdo, retrasando su posición David López y jugando con 3 centrales.

Los cambios dieron aire fresco a los de Rufete y empezaron a dominar, con más pólvora arriba y algo más de tensión ante un Leganés más aculado. Así, De Tomás, en el 70’, logró chutar y marcar, un gol que rápidamente quedó anulado por el claro fuera de juego del ariete madrileño. Hacía falta bien poco para mejorar el fútbol que se había visto hasta entonces.

El Espanyol lo intentó hasta el final con más corazón que cabeza y poco fútbol, muy poco. Todavía faltaban un par de guindas para adornar el esperpento final. En el 88’, Calleri se autoexpulsó al ver dos amarillas seguidas por protestar, peor imposible. Se fue despotricando contra todo y todos, pero le hizo un flaco favor a su equipo.

Aún faltaba por ver cómo De Tomás fallaba una clamorosa ocasión. En el 89’, sólo a portería vacía envió el balón al cielo. Ni el ‘killer’ sabía marcar, el perfecto dibujo de un Espanyol sin alma y ya en Segunda.


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