El FBI investiga si los asaltantes planeaban tomar rehenes o matar a políticos

Simpatizantes de Trump en el asalto al Capitolio, Washington.
Simpatizantes de Trump en el asalto al Capitolio, Washington.SAUL LOEB / AFP

Gran parte de la oleada de simpatizantes de Donald Trump que aterrizó esta semana en Washington para participar en la marcha Salvemos Estados Unidos ya había abandonado este viernes la ciudad tras el asalto al Capitolio. Los que el jueves por la noche aún deambulaban por las calles con sus gorras rojas y banderas del presidente saliente se desmarcaban del episodio de violencia que tiñó la historia democrática estadounidense. Gracias a las imágenes difundidas en los medios y redes, la policía detuvo este viernes a Richard Barnett, el hombre cuya foto dio la vuelta al mundo cuando posó en el despacho de la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Otros de los que aún permanecen en Washington responsabilizaron a los activistas antifascistas del caos. Sin embargo, entre los personajes identificados hasta ahora figuran líderes de movimientos de teorías conspirativas de extrema derecha y organizaciones supremacistas blancas. Al conocer sus nombres, algunas empresas han decidido despedirlos.

Kennedy, de 25 años, viajó desde Los Ángeles hasta la capital estadounidense porque “el jefe llamó”, en alusión a la convocatoria que hizo Trump para el mitin del miércoles. Afirma que entre los seguidores del republicano ya se había difundido el mensaje de que los Antifa —movimiento al que Trump ha acusado de los disturbios violentos en el pasado, una difusa red de activistas antifascistas sin una estructura nacional— se iban a vestir como ellos en la marcha con el fin de causar disturbios y que los inculparan a ellos. “Había gente lanzando piedras, destruyendo las oficinas del Capitolio… Podemos decir que son antifascistas porque esa es su manera de actuar, con violencia”, apuntaba Kennedy en los alrededores de la Casa Blanca. Una mujer de 70 años oriunda de Texas coincidía este jueves con esa teoría: “Los trumpistas somos pacíficos. Esto fue obra de los Antifa”.

A pesar de que la opinión generalizada es que los simpatizantes del presidente saliente no fueron los que lideraron el asalto al Capitolio, la información recabada por el FBI y por el ejército de “detectives de Internet” dice otra cosa. El alud de registros gráficos de la caótica jornada ha logrado identificar a varios de los protagonistas. Entre ellos, Jake Angeli, líder del movimiento de teorías conspirativas conocido como QAnon, Richard Barnett, cabeza de un grupo de extrema derecha pro-armas, y Nick Ochs, fundador de los Proud Boys en Hawái, un grupo que el FBI vincula con el nacionalismo blanco y la misoginia.

Muchos otros eran personas anónimas que no pertenecían a ningún grupo y a los que sus actos les van a costar el empleo. Uno de ellos, con la clásica gorra roja de MAGA (siglas en inglés de Make America Great Again), una camiseta de la toma de posesión de Trump y una credencial al cuello de Navistar Direct Marketing, una imprenta de Maryland, fue identificado por la empresa, que al día siguiente informó de que lo había despedido. A Paul Davis, un abogado de Dallas de Gooshead Insures, también le despidieron después de que se viralizara una publicación de Instagram en la que hablaba de sus intenciones de entrar en el Capitolio.

Personas anónimas

Cada vez salen a la luz los nombres de más personas que han perdido su trabajo por participar en la revuelta del miércoles, entre los que hay profesores, bomberos, empresarios. No solo han logrado identificarlos esos detectives de Internet por las imágenes que circulan en la Red. También porque muchos transmitieron en directo su participación.

Otro simpatizante de Trump que viajó desde San Francisco reconocía que dentro de la turba que asaltó el Capitolio pudo haber “algunos trumpistas”, pero que a ellos, los del partido de la ley y el orden, les caracteriza la protesta pacífica. Convencido del fraude electoral que denuncia sin pruebas el mandatario, este joven sostenía que no fue una elección transparente, y que eso tendrá consecuencias. Los demócratas “no aceptan a Trump como su presidente porque no les gusta lo que dice, pero nosotros no vamos a aceptar a Joe Biden como nuestro presidente porque hizo trampa e intentó robar las elecciones”, afirmaba mientras paseaba por las calles de la capital con una bandera del republicano. “Serán dos semanas muy interesantes, muy, muy interesantes”, concluía con una sonrisa.

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