El fiasco del ‘orgullo hetero’, en una foto: dos manifestantes en la última convocatoria

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“¿Y el orgullo hetero para cuando?”. Es una frase habitual cada 28 de junio, cuando en todo el mundo se celebra el Día del Orgullo LGTB. Hasta entonces fue una frase ignorante o una provocación más de medios extremistas, pero este verano algunos ciudadanos de Boston decidieron llevarla a las calles.
La iniciativa partió de un colectivo llamado Super Happy Fun y fue aprobada por el ayuntamiento de Boston, aunque el alcalde, Marty Walsh, anunció que no acudiría (sí suele acudir a la del Orgullo LGTB). A partir de ahí surgió la polémica y la marcha se hinchó como una bola de nieve. Los medios progresistas, como The New York Times, hablaron de ella como un evento ridículo y ofensivo. Los de ultraderecha la saludaron como un regreso a los valores clásicos y familiares. En la marcha, que finalmente atrajo a unas doscientas personas (un fracaso rotundo para un evento del que se habló en todo el mundo durante el pasado verano) hubo pancartas con consignas homófobas y banderas a favor de Trump.

“Así que el ‘orgullo hetero’ de Dallas ha terminado con dos hombres que tienen mucho en común dando un paseo”, escribió un tuitero llamado Matthew. “¡Espero que sean muy felices juntos!”

Pero si aquello se puede tildar de fracaso, lo que ha ocurrido en Dallas este pasado sábado 16 de noviembre puede ser directamente tachado de ridículo. Dos personas, dos, acudieron a una nueva convocatoria del orgullo hetero. Según informa la página web Dallas Voice, un medio especializado en actualidad del sector LGTB de Texas, los manifestantes que acudieron al evento del orgullo hetero eran de (adivinen) Boston. O sea, estos dos hombres recorrieron 2.857 kilómetros para subirse a un banco con una bandera que no significa nada (significa tan poco que hay dos: una blanca y negra y otra rosa y azul, pues nadie se han puesto de acuerdo sobre cuál es la buena) y soltar, según Dallas Voice, consignas como “solo existen dos géneros” o “¡soy parte de una mayoría oprimida!”.
En la localización había más contramanifestantes y policías que manifestantes. Si bien en un evento publicado en Facebook 300 personas habían manifestado su interés por acudir, finalmente, no acudió ni siquiera la mujer que lo había organizado, alguien llamado Teresa Stephens Richenberger.
En Twitter no tardó en surgir el chiste. Entre los más inspirados están aquellos que encuentran paradójico que una marcha que expresa burla y odio soterrado contra las relaciones entre personas del mismo sexo acabe con dos hombres recorriendo juntos y solos miles de kilómetros. “Así que el orgullo hetero de Dallas ha terminado con dos hombres que tienen mucho en común dando un paseo”,
escribió un tuitero llamado Matthew. “¡Espero que sean muy felices juntos!”.
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