El fiscal general de EE UU abre una investigación sobre si el FBI vulneró la ley al investigar la campaña de Trump

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El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, ha designado al fiscal federal de Connecticut John Durham para investigar los orígenes de las pesquisas sobre la trama rusa plasmadas en el informe Mueller, terminado el pasado mes de marzo y que concluye que no hay pruebas suficientes de conspiración con el Kremlin ni de que el presidente incurriera en un delito de obstrucción a la justicia. Durham, en cuyo historial figuran diversas investigaciones sobre malas prácticas por parte de oficiales de seguridad nacional, deberá indagar si el Departamento de Justicia, que hoy dirige el propio Barr, vulneró la ley al investigar en 2016 a la campaña del entonces candidato Donald Trump para determinar si hubo vínculos ilegales con Rusia.
El encargo al fiscal Durham, adelantado el lunes por The New York Times pero que se habría producido hace semanas, responde a una petición histórica de Trump de investigar a los investigadores, reiterada con más fuerza tras conocer las conclusiones del fiscal especial Robert Mueller, que el presidente considera de “total exoneración”. Pero entraña un desafío a las fuerzas de seguridad, que vienen defendiendo que el escrutinio de la campaña del hoy presidente fue perfectamente legal y justificada, dada la naturaleza de los hechos que investigaban. El presidente, que había dejado claro en declaraciones públicas y en Twitter su deseo de que se indagara sobre el inicio de la investigación sobre la trama rusa, ha asegurado este martes que no ha encargado específicamente a Barr que lo hiciera.

Barr ya había dado señales de que compartía con el presidente sus sospechas sobre la legitimidad de las pesquisas practicadas. “Creo que hubo espionaje, sí”, dijo Barr, el mes pasado, en su comparecencia ante el Comité de Apropiaciones del Senado. “La pregunta es si se practicó de manera adecuada, y no estoy sugiriendo que no lo fuera. Pero necesito explorarlo”. El uso del término “espiar” para referirse a una vigilancia autorizada por los tribunales, destinada a averiguar si una potencia extranjera interfirió en las elecciones presidenciales, provocó una oleada de críticas al fiscal general.
El FBI abrió la investigación de la trama rusa tras conocerse que miembros de la campaña de Trump fueron informados, antes de su difusión, de que Rusia poseía correos electrónicos robados a los demócratas. El bureau investigó a cuatro estrechos colaboradores del hoy presidente, tres de los cuales se declararon culpables de diversos delitos.
La de Durham constituye, que se sepa, la tercera investigación abierta sobre la mencionada operación de contrainteligencia por el FBI. Investigan también un inspector del Departamento de Justicia y un fiscal de Utah, nombrado por el anterior fiscal general, Jeff Sessions.


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