El gafe liguero dura seis años


El último título de Liga conseguido por el Barça data de junio de 2014, una Liga ACB ganada frente al Real Madrid en el Palau Blaugrana con Pablo Laso siendo expulsado en silla de ruedas. Fue el último coletazo de un proyecto tremendamente exitoso que había marcado época en los años anteriores, un modelo basado en una estructura estable, con Joan Creus como general manager y Xavi
Pascual como entrenador, y una filosofía reconocible, con jugadores de ‘cantera’, catalanes y extranjeros de alta calidad y con continuidad.



Tras la no renovación de Pascual al año siguiente, en el que no hubo ya títulos, el club entró en una espiral errática que le llevó a despedir a dos entrenadores con contrato en vigor (Georgios Bartzokas y Sito Alonso) y a renovar dos terceras partes del equipo cada campaña.

Mientras la NBA se iba llevando algunos de los proyectos jóvenes más interesantes (Alex Abrines, Tomas Satoransky o Mario Hezonja), la dificultad para competir con otros clubs europeos se acrecentaba. El Barça, en definitiva, está focalizado en ganar como sea y lo antes posible, pero más allá de eso necesita un plan coherente, una filosofía reconocible. Ese camino tampoco acabó de llegar con el ‘modelo’ anunciado por la directiva, que buscaba combinar cupos formativos propios con talento externo. Pero, mientras eso no ocurría, llegó a la dirección el hombre con más experiencia en esa misión de ganar para levantar la moral: Svetislav
Pesic. Con él se retomó un camino claro, cuanto menos: el de la máxima exigencia y las victorias por encima de todo. El técnico serbio estaba esquiando y disfrutando de la vida cuando recibió la llamada de Josep Maria Bartomeu y, tras ponerse manos a la obra, en pocas semanas guió al equipo a la conquista de la Copa 2018.

En sus dos etapas en la entidad, Pesic podía presumir de ganar, hasta ahora, un título por temporada. Logró el triplete en 2003, la Liga en 2004 y a la mencionada Copa de 2018 añadió la del año siguiente.

En esta fase final excepcional de la Liga en València, el de Novi Sad, sin embargo, no ha cumplido con su media de éxito y no ha podido acabar con la sequía liguera que le dura ya seis temporadas al club.

El Barça buscaba en Valencia un primer cimiento de un proyecto nuevo que innegablemente es el más ambicioso de la historia de la sección. Los fichajes de Mirotic, Higgins, Davies o el retorno de Abrines constituyeron a principios de año apuestas seguras y firmes, y no se entendía su llegada sin resultados inmediatos. El título debía hacer justicia al liderato de los azulgrana cuando se paralizó la liga pero quedaba la reválida final y en esta el Baskonia fue más astuto.


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