Fernando Alonso no hace las cosas porque sí. La mayoría de las cosas que dice y hace tienen un motivo y, sobre todo, un mensaje. El ejemplo claro fueron las declaraciones del asturiano del pasado fin de semana antes del GP de Singapur. Después de que Ocon sacara pecho en una entrevista por sus números al lado del asturiano, Fernando se refirió a Esteban sin que le preguntaran por su compañero, diciendo que tanto Verstappen como el ovetense siempre empezaban el fin de semana rindiendo al máximo en la FP1, antes de que sus compañeros mirasen los datos y mejorasen. También pasó tras la clasificación, cuando recordó, sin que le preguntaran, que Ocon salía 18º. ¿Casualidad? Poca. Y en este sentido, llama la atención lo que realizó Fernando Alonso antes del GP de Japón de F1, en una exhibición en simulador previa a la carrera de este fin de semana.
Unos días después de competir en Singapur, el asturiano ofreció una ‘masterclass’ en simulación rodando en la pista de Marina Bay, pero lo más sorprendente fue el coche que eligió: No escogió su actual Alpine. Escogió el Aston Martin, con los colores del equipo que defenderá en 2023.
Rápidamente, en las redes este gesto se hizo viral. Alonso destacó tras el anuncio de su marcha a Aston Martin que en Alpine no encontró el cariño que esperaba, sobre todo porque le ofrecían un año más otro posible de contrato, evaluando su estado por su edad durante el próximo año, algo que no le sentó nada bien.
Además, el asturiano está molesto por los muchísimos fallos de fiabilidad que ha sufrido su coche esta temporada, que le han costado “60 puntos”, según argumentó el propio español tras su segundo abandono consecutivo en Singapur por otro problema de motor. Sin abrir la boca ni dedicar malas palabras para el equipo, Fernando Alonso lo dijo todo, con una simple elección de un coche en un videojuego.