El Girona recibe la cuesta de enero

El Girona recibe la cuesta de enero

Se acabaron las fiestas. Se acabaron las luces, el champán y los turrones. La cuesta de enero se presenta tal y como el nombre indica. Las cuestas cuestan lo suyo y, la del Girona en particular, es una de las más complicadas de todos los equipos que conforman la Liga.

Los de Míchel reciben al Sevilla este fin de semana. Catalanes y andaluces están distanciados únicamente por tres puntos de diferencia, algo que no suele pasar a estas alturas de campeonato y menos, por supuesto, con los de Sampaoli por debajo. Tras cosechar su primer triunfo en casa de la temporada frente al Getafe, llegarán a tierras gerundenses con intenciones de prorrogar la dinámica. El recuerdo para los ‘gironins’ es agridulce, pues solo han sido capaces de ganar en una ocasión a los sevillistas de los cuatro choques que han disputado. Eso sí, entre esas tres derrotas se esconde una victoria, casualmente en Montilivi y en la última cita que disputaron ambos un 28 de abril de 2019. Un gol de Portu a la hora de encuentro selló el electrónico.

Al Girona le conviene salir airoso porque, de lo contrario, le tocará visitar al Villarreal con el descenso acechando. El feudo ‘groguet’ no será ni mucho menos el escenario idílico para encontrarse con un partido sencillo. El submarino, de nuevo al alza e inmerso en la lucha por los puestos europeos, recibirá de nuevo a los rojiblancos cuatro años después en su casa con Álex Baena como conserje. El balance en Primera reparte los ya mencionados turrones con dos triunfos para cada uno.

El último escalón, y joya de la corona de la cuesta de enero, se lo adjudica el Barcelona. Los de Xavi viajarán a la provincia vecina para medirse en un nuevo derbi catalán. La historia cuenta que el Girona nunca ha sido capaz de ganar a los azulgranas. Cuatro derrotas y un empate figuran en el balance entre dos equipos que pelean por objetivos muy distintos. En juego estará el liderato y la pelea por la permanencia. Míchel y los suyos intentarán dar la sorpresa y, a la vez, un porrazo encima de la mesa que les presentaría un febrero con una armadura anímica muy positiva.

Por ahora, lógicamente, el club rojiblanco sigue centrado y preparando el partido frente al Sevilla. Bono volverá al lugar que le propulsó definitivamente como cancerbero y la afición gerundense, a pesar del buen recuerdo que guarda en él, deseará que no tenga, ni mucho menos, su mejor tarde.




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