El Gobierno de Draghi toma posesión de sus cargos


La crisis de Italia, al menos la política, ha llegado a su fin esta mañana en el palacio del Quirinal. La firma de Mario Draghi, nuevo primer ministro, ha certificado en el gran Salón de Fiestas de la vieja residencia de papas y actual sede de la presidencia de la República el comienzo de un nuevo ciclo. Terminan las turbulencias y comienza el reto de la reconstrucción del país, confiado a un equipo de elevado nivel que ilusiona a los mercados y a la clase empresarial italiana. Después de Draghi, han ido pasando uno a uno los 23 ministros que compondrán su Ejecutivo. Luego, el nuevo primer ministro se fue hasta la sede del Gobierno para recibir de manos de su predecesor, Giuseppe Conte, la campanilla que suele dar inicio a los consejos de ministros. El ritual que confirma el nacimiento del nuevo Ejecutivo.

La puesta en escena en el Palacio del Quirinal, con enorme cuidado para preservar las distancias, permitió ver por primera vez la cara de algunos de los ministros más desconocidos. Draghi ha decidido encargar la gestión del nuevo Ejecutivo a 15 ministros políticos y ocho perfiles técnicos de gran relieve que, en algunos casos, no se conocían entre ellos. Es el caso de la nueva titular de Justicia, la expresidenta del Tribunal Constitucional, Marta Cartabia. O el hasta ahora director general del Banco de Italia, Daniel Franco, que ocupará el puesto de Economía (a él le conocen bien los grillinos por las viejas disputas que tuvieron a cuenta de la aprobación del exceso de déficit).

Algunos de los 15 titulares políticos repiten de nuevo en el Gobierno. Luigi Di Maio (M5S), sigue en el Ministerio de Exteriores. También Lorenzo Guerini (PD) en Defensa o el ministro de Sanidad (Libres e Iguales), Roberto Speranza. La única ministra que ha logrado volver a colocar Matteo Renzi en representación de Italia Viva, Elena Bonetti, recupera la cartera de Familia después de haber dimitido hace un mes.

Ninguno de los nuevos titulares, sin embargo, es el líder de su partido, tampoco del resto de la lista, porque Draghi quería perfiles menos marcados para preservar la fluidez de las relaciones. Casi nadie supo hasta minutos antes que sería convocado por el nuevo primer ministro. Las cosas han cambiado enormemente en Italia. Il retroscena, ese género periodístico tan italiano que consiste en publicar filtraciones interesadas, conversaciones sin grabadora delante que languidecen a lo largo del día ante la realidad, también da la impresión de estar llegando a su fin.

El número de perfiles políticos es el doble que el de los técnicos. Sin embargo, las carteras que tendrán más peso en lo que queda de legislatura –también las que tendrán mando en la distribución de los 209.000 millones de euros en fondos europeos– son las de altos funcionarios o perfiles procedentes del mundo empresarial. Vittorio Colao, ex consejero delegado del grupo Vodafone en el mundo, por ejemplo, será el nuevo ministro de Innovación y Transición Digital.

La paridad de género brilla por su ausencia. Solo ocho de los 23 puestos están ocupados por mujeres. Más flagrante resulta en la cuota de los partidos, donde los socialdemócratas del Partido Democrático (PD) tienen carteras ocupadas exclusivamente por hombres. Forza Italia, en cambio, tiene en sus tres ministerios solo a mujeres.

Draghi realizó el sábado por la mañana el primer consejo de ministros. La cita estuvo precedido del tradicional traspaso de la campanilla que se utiliza para dar comienzo a la reunión. La recibió de manos de su predecesor, Giuseppe Conte, que pisó por última vez el Palacio Chigi. El ya ex primer ministro recibió un insólito y emocionante aplauso de manos de todos los trabajadores de la sede de la presidencia del Consejo de Ministros antes de desaparecer por la puerta cogido de la mano de su pareja, Olivia Paladino.


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