El Gran Premio de Fórmula Uno de Mónaco, el evento más prestigioso de la temporada, se celebrará el 23 de mayo con 7.500 espectadores que deberán someterse a las pruebas de PCR, según anunció este martes el gobierno del Principado.
Se trata de un aforo bastante excepcional en el contexto sanitario, mientras que en Francia los establecimientos deportivos al aire libre podrán reanudar con el público el 19 de mayo, pero con un aforo estrictamente limitado a 1.000 espectadores.
“Es importante que se celebre con un mínimo de participación del público y en unas condiciones sanitarias incuestionables”, subrayó el Secretario de Estado Pierre Dartout.
Será el primer Gran Premio del mundo en 2021 que se celebre con tanta audiencia, mientras que la F1 funciona bajo una burbuja desde el inicio de la pandemia de Covid-19.
En 2020, el Gran Premio de la Toscana de Fórmula Uno fue el primero de la temporada en reunir a una multitud, del 11 al 13 de septiembre, con casi 3.000 espectadores por día. En una temporada de 17 Grandes Premios, en su mayoría a puerta cerrada, otras pruebas del otoño habían podido acoger a más espectadores, en Rusia, Alemania o Portugal, donde hubo unos 25.000 espectadores.
En 2021, algunos espectadores vacunados o curados de Covid-19 estuvieron presentes en la ronda inaugural en Bahrein el 28 de marzo. Los GP de Emilia-Romaña (Imola) y Portugal (Portimao) se celebraron a puerta cerrada, mientras que el GP de España, en el circuito de Barcelona-Catalunya-Barcelona, albergará 1.000 personas el domingo.
En comparación, hasta 9.500 espectadores podrán asistir a la final de la Europa League en Gdansk el 26 de mayo, ya que las autoridades polacas han autorizado un 25% de afluencia, según anunció la UEFA el lunes al abrir la venta de entradas. Los días 21 y 22 de mayo se permitirá un máximo de 10.000 espectadores para las dos finales de la Copa de Europa de rugby en el estadio londinense de Twickenham.
El Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, cancelado el año pasado, ya ha vendido “4.000 entradas”, dijo Christian Tornatore, comisario general del Automobile Club de Mónaco, que cuenta con que los vecinos italianos acudan al evento, que suele ser popular entre los británicos. Estos “7.500 billetes corresponden a una plaza de tres para permitir la distancia”, dijo.
En la práctica, el jueves 20, el sábado 22 y el domingo 23 de mayo, no habrá restricciones en cuanto a la procedencia del público, que tendrá que presentar una prueba de PCR en la frontera y para entrar en el circuito. Los residentes, los empleados del Principado y los monegascos están exentos de las pruebas.
No obstante, el aforo del Gran Premio se limitará a 7.500 espectadores (y sólo 3.000 el viernes 21, para no perjudicar a la organización). No habrá Fan Zone ni se podrá estar de pie, y el punto más delicado será el regreso de los espectadores tras las carreras para evitar aglomeraciones.
“Todos nos comprometemos a que el evento se desarrolle en las mejores condiciones posibles, tanto por su impacto económico, especialmente en el sector de la hostelería, como por la imagen del Principado”, subrayó Pierre Dartout.
Se intensificarán los controles en la frontera, especialmente en la Estación de tren de Mónaco-Monte Carlo, con personal formado para detectar cualquier prueba falsificada, lo que debería hacer que este problema sea “marginal”, según el secretario de estado.
Más adelante se aclararán varios puntos de la organización: el tonelaje permitido en los yates y gente en los balcones, y el acceso a los restaurantes, actualmente prohibido a los no residentes.
“Los bares deberían estar abiertos entre las 06:00 y las 11:00 para los desayunos y probablemente habrá cierta flexibilidad” para los restaurantes, dijo Dartout.
El impacto económico, estimado en 100 millones de euros, “será sin duda menor que en un año normal, pero la filosofía del Príncipe sigue siendo la misma”, con el objetivo de garantizar “un equilibrio entre la preservación de la economía y la protección de la salud de la población”, dijo.
En el histórico Gran Premio, celebrado del 23 al 25 de abril, sólo se admitieron monegascos, residentes y personas alojadas en el hotel: ya había 5.000 espectadores.
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